Capitulo7

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Damie POV

Han sido las 5 horas de vuelo mas largas de mi vida. Cuando Amelia me llamó, lloraba asustada y le notaba dolor en su voz. Me disculpé con Dakota y salí corriendo, tomé un taxi y me fui en el primer avión que encontré. Mi mente divaga, pienso en mi bebe y en que habrá pasado. Rezo para que ella y Amelia estén bien. Esto no debía pasar hasta dentro de un mes, todo se veía bien en las ecografías. ¿Por qué ahora, tan pronto?

Apenas llego al aeropuerto en Londres busco un taxi desesperado, encuentro uno a la salida y le digo que me lleve al hospital donde se encuentra Amelia. Tengo un nudo en el estomago apenas respiro. << Dulcie, hija... por favor, necesito que estés bien>>.

Llego al hospital y corro a recepción. Hay una enfermera detrás de un mesón tecleando algo en el computador.    

—  Disculpe, enfermera.— La enfermera me mira un poco conmocionada por mi tono asustado— Amelia Bennet, mi esposa, embarazada llego de urgencia. 

  — La busco en un momento—  teclea el nombre en su computador, me rasco la cabeza impaciente— Su esposa está en pabellón en este momento, le están haciendo una cesaría de emergencia. 

  —¿ En que piso? — Mi ansiedad empieza a crecer.

  — Tercer piso a mano derecha. 

Corro hacia los ascensores y veo que los tres están en pisos muy arriba. ¡Rayos! Ni modo, tendré que ir por las escaleras. Llego al tercer piso jadeando y doblo por donde me dijo la enfermera. Hay otro mesón con un enfermero, le pregunto por Amelia y me lleva a una especie de vestidor para ponerme ropa de hospital encima. Me ayuda a ponerme la parte de arriba y me amarra el gorro a la cabeza, luego me pongo los pantalones y unos cubre zapatos. Me hace lavarme bien las manos hasta los codos y ponerme una mascarilla. Entramos al pabellón y empiezo a tiritar. No se si es el frio del quirófano o mis nervios. 

Veo un montón de doctores encima de Amelia con una manta separándole la cara del resto del cuerpo para que no vea.

  — Espero que no le asuste la sangre, señor— me dice el enfermero. Me lleva donde Amelia y me quedo a su lado. Está despierta, intenta articular algo, pero la callo. 

  — Shh, no digas nada, amor.—  Le tomo la mano, hace muecas en algunos momentos. Intento ver que pasa por detrás de la cortina y le voy contando. La veo asustada e intento calmarla, le digo que todo estará bien, que es una mujer fuerte. Le beso la frente y me apoyo en ella sin dejar de tomarle la mano.  

Los doctores se dicen cosas entre ellos, algunos nombres técnicos mientras el monitor de ritmo cardíaco suena: bip, bip, bip.  se oyen constantes. 

  — Tengo su cabeza— dice uno de los doctores, me enderezo para ver y se ve algo, peludo y mucha sangre. El doctor inca mas en el interior de Amelia con los dedos y saca de golpe una cabeza. La veo, ahí está, mi hija, me quedo hipnotizado. Está hinchada y morada pero es lo mas hermoso que he visto. Mis piernas flaquean y mis ojos se humedecen.

  — Ahí está, Amelia. — le digo sin poder apartar los ojos— Es ella. 

Amelia me aprieta mas fuerte la mano y la oigo suspirar. La miro y le empiezan a correr las lagrimas por los ojos. Sonríe y le acaricio la mejilla. Vuelvo a mirar hacia donde está naciendo mi hija.  La toman por el cuello para intentar sacarla. En cinco segundos, ya está afuera, completa. Es pequeña y hermosa, esta cubierta de sangre y otros líquidos. Pero no llora... ¿debería llorar o no?

El doctor le da unos golpes en la espalda y en las nalgas y la pone de cabeza.

  — ¿Pasa algo malo?— me pregunta Amelia 

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⏰ Última actualización: May 17, 2020 ⏰

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