Lágrimas.

63 8 0
                                    

¿Nunca has sentido ese deseo de venganza que te quema el pecho y simplemente te impulsa? Pues déjame decirte que mientras no lo apagues, poco a poco irá consumiéndote

Y era lo que me estaba pasando. lo único que sentía era odio, frustración y confusión que iban acabando conmigo , hasta que vea a los ojos al infeliz que mató a mi hermano. Ese desgraciado me quito todo lo que tenía en esta vida, lo único que me quedaba y que me hacía sentir como humano.

Cada día sentía mi vida apagarse como una vela, me repetía constantemente que la culpa había sido mía. Esa noche, si tan solo yo...si tan solo no me hubiese escapo para ir a esa estúpida fiesta. Si me hubiese quedado a su lado cuando sucedió nada de esto hubiese pasado. Podría haberle ayudado. Pero todo lo que soy es ser un cobarde y alguien realmente patético, solo recuerdo haberle visto atado a una silla muerto. No saber que hacer, si llamar a la policía o a la ambulancia, quizá hasta los bomberos porque mi cabeza no podía analizar la situación pensando que aún podría estar con vida.

La policía llegó junto con la ambulancia. Los paramédicos que entraron a toda prisa para ver al "herido" solo salieron con el cadáver en una camilla cubierto de pies a cabeza con una sábana blanca. Yo estaba sentado en el suelo, con la cabeza agachada solo llorando y tratando de asimilar la situación. Uno de ellos se me acercó para decirme que mi hermano había muerto hace aproximadamente quince minutos. Hacia tan poco lo había perdido ¿Cómo se supone que deberías reaccionar ante esa noticia? quizá llorar, quedarte en shock, quizá simplemente negarlo o correr hacía la camilla para destapar su rostro.

Ahí estaba él como siempre había sido, solo que esta vez tenía los labios y la cara blanca, nunca había visto algo así. Parecía estar dormido que el creer que estaba muerto era casi imposible si no fuera por la sangre coagulada que se formaba en su garganta. Sentía como algunas manos me jalaban y yo me balanceaba entre ellas como peso muerto. Me despedí por última vez antes de ver la oscuridad.

Me castigaría toda la vida por no poder haber estado con mi hermano en su última noche. Más cuando sabía que ni siquiera pude despedirme y lo último que le dije fue que lo odiaba solo por que no me dejaba fumar tranquilo. Tenía la mente de un muchacho de diecisiete años, que solo pensaba en fiestas, alcohol y salir con cualquiera.

Will tenia razón, tenia razón al decir que era un alcohólico, drogadicto, ninfómano con serios problemas de personalidad. Quizá la forma en la que lo dijo... o lo que yo escuché... solo me enfureció más y siempre supe en el fondo que solo trataba de ayudarme.

***

Me desperté en una habitación blanca y pulcra con un terrible olor que me producía dolor de cabeza: sentía el alcohol desinfectante, cloro y penicilina ingresando mortalmente por mis fosas nasales.

Pude percibir que tenia puesta una de esas típicas batas de hospital, de esas que tenían toda la parte de atrás abierta .Estaba conectado a una máquina para medir los ritmos cardíacos, un leve zumbido atormentaba mi cabeza, vi el gotero de la intravenosa conectada al dorso de mi mano, era lento como los latidos de mi corazón pero cada gota sonaba como un tambor en mis tímpanos, me sentía completamente absorto de mis pensamientos.

Bill trató de incorporarse en la cama pero la aguja de la jeringa se clavó en su dorso produciendo un leve gruñido por su parte -¡Joven Bill!- Dijo la enfermera que entraba preocupada ante tal quejido -Le recomendaría que no hiciera eso, aún tiene el efecto de la anestesia y los medicamentos que le aplicaron son muy fuertes, es mejor que se quede recostado- Le dijo la enfermera de mediana edad ayudándolo a recostarse y acomodando de nuevo la jeringa.

-¿Yo... qué hago aquí? tengo que ir con Will, debe de estar preocupado. Se enojará de nuevo- Dijo el rubio con serenidad en sus palabras y tirándose el cabello hacia atrás, la enfermera paro en seco con lo que estaba haciendo y una mirada de lastima apareció en su rostro - Por cierto... ¿Qué hago aquí?

Riesgo: Haz tu elecciónWhere stories live. Discover now