Capítulo 2

7K 443 356
                                    

Camila trabajaba con tres personas más, aparte de ella. Apesar de ser bastante conocida, no necesitaba a nadie más.

A veces es mejor calidad que cantidad; decía.

Ally, era su recepcionista. Era veterinaria, especialista en el cuidado de todos los animalitos que vivían en el laboratorio.

Dinah, era química. Ella era la encargada de realizar medicamentos con los animales.

Así se dieron cuenta de que la baba del caracol era rejuvenecedora; por ejemplo.

Normani era quien llevaba el trabajo duro, ya que era quien se encargaba de rescatar los animales y sacar licencia para poderlos mantener en el laboratorio.

Todo el papeleo con el estado.

Las cuatro chicas se llevaban particularmente bien; aunque Dinah era la más allegada a Camila.

Ella siempre llegaba primero que las chicas. Camila quería tener siempre todo en orden para que el trabajo de las demás sea menos pesado.

Al llegar, abrió las puertas del laboratorio y caminó pasando por las jaulas de los animales domésticos que se encontraban ahí.

Llegó al ascensor y subió hasta la tercera planta. Ya que la segunda era lugar donde Dinah trabajaba.

Al llegar a la tercera planta, se preparó para ir a ver a su gatita, porque sí, era su gatita.

Pero lo que encontró no fue para nada lo que esperaba.

En la sala donde supuestamente se encontraba Mich, en vez de que esa hermosa gatita con su pelaje tan llamativo esté lamiendose la patita, estaba una chica de más o menos 20 con el cabello castaño, igual al suyo. Desnuda, sentada y tratando de salir de la sala.

Al ver que no podía abrir la puerta de cristal, soltó un gruñido tan adorable que Camila casi se desmaya.


— ¿Q-quién eres? — preguntó, con un leve temblor en el labio inferior. Aunque ansiaba saber la respuesta.

La chica de piel blanca, miró hacia ella, haciendo que sus ojos brillen al ver a la morena.

— Es un placer por fin poder hablar con usted, doctora Cabello. — respondió con un ronroneo.

— ¿Cómo sabes mi nombre? ¿Y dónde está Mich? ¡Mich! ¡Mich! — gritó la morena, desesperada por encontrar a su hermosa gatita.

— Siempre me ha encantado ese mote, pero preferiría un nombre. — dijo la chica de ojos verdes grisáceos mientras paseaba por la pequeña sala. — Aunque primero deberías quitarme de aquí. — gruñó, mientras volvía a sentarse.

— ¿¡De qué mierda hablas!? — dijo la morena, mientras susurraba un 'debería haber escuchado a Dinah y contratar a un guardia'

— ¿Sabes? Hieres mis sentimientos al no reconocerme. Después de todo, eres mi creadora.

Camila paró sus susurros y maldiciones, quedándose helada al escuchar eso.

Experimento || Camren. Where stories live. Discover now