Capítulo 4. Sentimientos confusos

1.4M 77.5K 20.7K
                                    

Los días fueron pasando lentamente y, para ser honesta, fueron los más relajantes desde que Frank se había instalado en casa. Tras aceptar su misterioso trato, no volví a cruzar una palabra con él. De hecho, no lo veía como solía hacerlo. No es que me gustara estar viéndolo durante todo el día, pero su ausencia me sorprendió.

Salía a correr por las mañanas y por las tardes se iba con alguno de sus amigos. Volvía muy tarde, algunas veces al amanecer, pero nadie le decía nada. Me pregunté cuántos años tendría para que tuviera esa libertad de volver a casa a la hora que se le antojara. Debía de tener veinte por lo menos, pero, aun así, pensé que, estando en nuestra casa, debería tener un poco más de consideración hacia nosotros. Pero parecía que yo era la única que se mortificaba con ese tema, ya que Melina — que era la responsable de Frank— no le llamaba la atención.

Sabía con certeza que, si fuera yo la que llegara a esas horas, mi padre ya me habría inscrito en una escuela de monjas para que aprendiera a comportarme adecuadamente. Me parecía muy injusto que a Frank le permitieran salir hasta tan tarde solo por el hecho de que era un chico.

El sábado por la mañana inicié el día con una deliciosa ducha y luego bajé feliz por las escaleras y me dirigí a la cocina. Mi alegría se debía a lo bien que me sentía por no estar siendo molestada constantemente por el intruso. Era como si él por fin se hubiera rendido, pero, a pesar de mi inmensa felicidad, me sentía algo insegura: sabía que tenía seguir alerta a cualquier comentario o movimiento de Frank. Ese chico era como un felino, y en cualquier momento podía atacar, tomando a su víctima desprevenida.

Me preparé un delicioso desayuno con huevos fritos, tocino, fruta y té. Después de todo no era mala cocinera. Es verdad que tenía que aprender a cocinar más cosas, pero desde luego no tendría que sobrevivir solo a base de cereales y comidas rápidas. Como les pasa a los personajes de "Los Sims", las personas no solo podemos alimentarnos con tentempiés y pizzas.

En ese instante, Frank entró a la cocina. Casi me atraganto. Diablos, a pesar de que iba vestido de manera informal, estaba guapísimo. Llevaba una camiseta de tirantes blanca, shorts negros que le llegaban por debajo de la rodilla y unas zapatillas deportivas con las que seguro que podría correr carreras olímpicas. Me ponía nerviosa. Tenía que admitir que se veía sexy a pesar de que su rostro estuviera sudado y enrojecido. Me parecía una locura pensar que las gotas de sudor que caían por su frente formaran parte de su atractivo.

Me miró de reojo mientras tomaba un vaso de agua. Sabía que lo estaba admirando. Sonrió por encima del vaso. Intenté ignorarlo, pero mi mirada parecía estar de mi contra, porque viajaba hacia él todo el rato para admirar sus bíceps. Afortunadamente, salió de la cocina y pude volver a respirar con normalidad. Tenía que acostumbrarme a verlo todos los días y esperaba poder lograrlo porque mis hormonas se despertaban cuando estaba cerca.

Por la tarde, estaba descansando después de haber limpiado mi cuarto. Creo que me sentí un poco mal al ver que la habitación de Frank estaba más ordenada que la mía, pero ya he dicho por qué no pensaba convertirme en una adicta a la limpieza: la perfección es aburrida.

Mientras estaba leyendo, me acordé de que no había pedido permiso a mis padres para ir a la fiesta de esta noche. Me golpeé la frente y cerré el libro. Nada más faltaba que no me dejaran ir por no haberles avisado con tiempo.

Mis padres no estaban, lo que me pareció un tanto desconcertante. Generalmente se quedaban los sábados en casa. Pero no había señales de ellos ni tampoco de Melina. La habitación de la planta baja estaba vacía. Busqué en el jardín y en la cocina, pero no tuve éxito. Fui a la sala y me dirigí directamente a la sala. El coche de mis padres no estaba, los llamé al móvil pero ninguno contestó. Tenía que esperar a que regresaran.

El Huésped ✅ [ Disponible en físico ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora