La mente de un chico

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Yo era feliz. ¡Lo juro! Mi vida era medionormal, pero llegó aquel trabajo, aquel maldito trabajo. ¿Y con quién me toca? ¡Con el tío más guapo y más imbécil del universo!

Lo voy a explicar mejor, por la mañana...

 Voy de camino al instituto. Llevo puesta una camiseta sin mangas y con volantes con una chaqueta de cuero negra encima, también unos vaqueros cortos y mis botas favoritas, azules con plumas marrones y blancas. Hoy es el primer día de instituto, así que no llevo libros, tan solo un pequeños bolso con una libreta y un estuche. Ya es mi último año en el instituto, pero aún no me acostumbro a ir los primeros días tan poco cargada de material. Estoy deseando reunirme con todos mis antiguos compañeros de clase, aunque cada año nos cambien de clase, sé que con alguno siempre me tocará, es algo así como el destino. Vivo lejos del instituto, así que tardo un tiempo en llegar hasta donde quedo con mis amigas para ir por las mañanas. Al salir de casa cojo una magdalena con copos de chocolate para desayunar y  me coloco los auriculares y reproduzco la primera canción que me aparece en la pantalla del móvil, How Long, de Charlie Puth. 

Me termino el desayuno y sigo mi camino, hasta que todo sucede, fue muy rápido. Un chico que iba en monopatín se estrelló contra mi espalda y los dos caímos al suelo. La canción paró, seguramente el móvil se dio contra el bolsillo e hizo que parase. Me senté en el suelo y reviso que la pantalla no se haya roto, y así es, está intacta. Lo vuelvo a guardar en el bolsillo y me fijo en como está el chico. Es de mi edad, pero nunca lo había visto. Tiene un gorro gris que me recuerda mucho al de Jughead, y si no fuera guapo igualmente me hubiera fijado en él tan solo por ese detalle, ya que Juggy es mi crush. Llevaba una camiseta blanca, la cual se le pegaba mucho y se le notaban los abdominales, unos tejanos y unas zapatillas blancas. Pude notar por un poco de pelo que se le salía del gorro que era castaño. Se rascaba la nuca confundido mientras miraba al suelo. Al percibir que lo observaba levantó la vista. Me quedé observando sus ojos azules. Recuerdo cuando le dije a una de mis amigas: "mi tipo de chico... no sabría definirlo..." Pues creo que si lo tuviera que definir ya sabría como hacerlo. Ya no me miró confundido, si no que él me imitó y me observó de arriba a abajo. Luego sonrió, se le formó un hoyuelo, creo que me voy a derretir.

-Me llamo Kevin.-dijo manteniendo la sonrisa, luego sus ojos mostraron preocupación, así que se puso en cuclillas  y se acercó a mí-¿Estás bien? ¿Te has echo algo al caerte?

-No, no, estoy bien.-dije sonriendo-Por cierto, me llamo Amelia.

-Encantado.-me ofreció una mano para levantarme y yo la acepté-Creo que voy a llegar tarde así que...-miró a donde se dirigía y volvió de nuevo la vista hacia mí-Ya nos veremos.-en modo de despedida besó la mano que aún me tenía agarrada-

A continuación me guiñó un ojo, se montó en el monopatín y se fue.

Volví a conectar los auriculares cuando alguien me tocó el hombro.

-Hola preciosa ¿Qué tal estás?-me giré y vi a Alex, mi mejor amigo-

Nos vimos alguna vez en verano, pero estoy segura de que algo en el ha cambiado. Sigue siendo el típico chico rubio de ojos azules por el que todas las chicas se enamoran, pero veo un brillo distinto en sus ojos...

-¿Pasa algo?

-No, nada, tan solo que te extrañé.

-Ohhh, que mona,-dijo pasando un brazo por mi cadera-Ahora vamos, que seguro que llegamos tarde a clase.

El Rebelde Y La BailarinaWhere stories live. Discover now