—¿Como va todo, pudiste hacer algo?

—Todo mal, mis esfuerzos no fueron suficientes pero mañana voy a mover cielo y tierra.

Sus facciones se tensan mientras habla, como que aquello que ha ocasionado todo el problema lo altera de sobremanera. Quisiera poder decirle algo, ayudarlo; pero no me atrevo a hacerlo, cuando ni siquiera se resolver un maldito problema de álgebra. Me limito a sonreír, y antes de hacer lo que quiero, compruebo que la puerta este cerrada. Tomo su rostro entre mis manos y le doy un beso, uno corto y tierno. Me separo sonriendo, y él acaricia mi cabello, amo cuando lo hace.

—Espero que todo se arregle y puedas volver a tener el control.

—Yo también, ser dependiente no es mi estilo.

¡Lo sé, lo sé!

—Mi papá, ¿esta durmiendo?

—Si, después que intentamos arreglar las cosas, tomo sus pastillas y quedo muerto —y cuando termina de decir aquello, me da una sonrisa maliciosa, cargada de malas intenciones, y dándome a entender que me ha despertado para aprovechar el tiempo—ya quería estar contigo, pequeña.

Me besa la mejilla, y va dejando un camino de besos en mi cuello. Permanezco con la espalda recta, aunque cuando empieza a besarme, debo posar una mano en su pierna para no caer hacia atrás. Sus besos pasan de mi mandíbula a mi cuello, donde se entretiene un largo rato. Su lengua es maravillosa, y me encanta lo que hace en esa parte de mi piel tan sensible. Lame, muerde y chupa, haciéndome estremecer. Recuerdo que en varias ocasiones he tenido que aplicar base de maquillaje para ocultar sus "marcas" en mi cuello. Gimo cuando empieza a deslizar su mano por mi muslo.

—Te tengo unas ganas tremendas, amor.

¡Me gusta cuando me dice amor, me encanta!

—Será mi primera vez en un jet, papi.

Entorna los ojos, se lame los labios y jala del inferior con el indice y el pulgar, se pone de pie y queda frente a mi murmurando: —Tu solo disfruta, bebé.

Y cuando menos me lo espero, allí esta debajo de las sabanas, entre mis piernas dándome placer. Odio no verlo, pero me ha dicho que ese es parte de mi castigo, que todavía tenia un par de anotaciones pendientes y me deteste por ello. Me muerdo los nudillos para no gritar pero su lengua me esta llevando al borde muy pronto. Su lengua es como un látigo y me esta torturando, no se como puedo ahogar por tanto tiempo mis gemidos y jadeos provocados por su ávida lengua. Ataca mi clítoris sin compasión y sus dedos lo acompañan en su travesura. Mi espalda se arquea.

—Harry.

  —Harry, sigue—me aferro de las sabanas y mi pecho se alza, quiero buscar fuerzas para seguir soportando lo que esta haciendo conmigo, porque no quiero terminar con ello, estoy tocando las nubes y hasta puedo verlas, estoy atontada —si, más

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.




—Harry, sigue—me aferro de las sabanas y mi pecho se alza, quiero buscar fuerzas para seguir soportando lo que esta haciendo conmigo, porque no quiero terminar con ello, estoy tocando las nubes y hasta puedo verlas, estoy atontada —si, más.

Daddys boss | h.sWhere stories live. Discover now