4- "El territorio"

1K 100 5
                                    

— ¡¿QUÉ?!— exclamó con el ceño fruncido.

— ella es linda, simplemente utilízala— dijo mirándolo directo a los ojos, como incitándolo a que aceptara.

Adrien sabía que no servía de nada negarse.

— sí, señor— aceptó sin más y refunfuñando.

(...)

Adrien y Marinette se encontraban cambiándose para la fiesta de esa noche, donde finalmente se encontrarían con el chico.

Mientras se vestían, Marinette giró su vista hacía Adrien, ella apreció el tan bien formado cuerpo del chico. Por la mente de la muchacha cruzó el recuerdo de cuando el rubio la había penetrado en la oficina.

La azabache se sonrojó con fuerza, aunque intentara ocultar sus sentimientos, simplemente, le era imposible.

— ¿qué te pasa?— preguntó el chico observándola.

— ¿oh, me pregúntas a mí?— preguntó desorientada.

— sí, ¿hay alguien más aquí?— dijo con tono obvio.

— no, no me pasa nada-respondió— ¿acaso te estás preocupando por mí?— preguntó con una mínima esperanza de que dijera que sí.

— no— respondió mirándola con seriedad. Tenía unas ganas increíbles de reírse, ¿él preocupado por ella? Qué gracioso.

El chico terminó de colocarse su chaqueta de cuero y salió de la habitación.

— Adrien, ¿qué fue lo que te sucedió?— susurró la oji-azul con preocupación.

(...)

Ambos estaban en el auto del rubio. Primero salió del auto y después Adrien.

Entraron al lugar. Como si fuera la secundaria, muchas chicas se abalanzaron hacía Adrien. Marinette sentía celos, pero no era el momento indicado.

En la mesa de al fondo se encontraba un chico. El oji-verde se le acercó.

— ¿tú eres Adrien?— preguntó el muchacho de no más de 16 años.

— sí— respondió sentándose frente al chico.

— ¿quién eres tú?— preguntó señalando a la azabache.

— oh, ella es solo una compañera— contestó.

"Ella es solo una compañera"

Esa frase se repetía en la mente de la chica. Tenía que ser honesta consigo misma, eso le había dolido mucho.

— ¿quieres esto?— preguntó Adrien levantando su mano, en ella se encontraba una pequeña bolsa plástica con un polvito blanco.

— ¡sí, por favor, dámela!— pidió. La personalidad del chico pareció haber cambiado drásticamente cuando el otro mostró aquella bolsita.

— primero lo primero— dijo
— el dinero— completó.

— no tengo mucho, pero, ¿esto bastará para comprarla?-ñ— preguntó mostrándole un fajo de dinero.

El oji-verde tomó el fajo de billetes y le entregó el pequeño sobrecito.

— Marinette, quédate con él y ofrécele más hasta que quede totalmente vació, ¿está bien?— dijo, aunque más bien pareció una órden. Él sabía que ese nuchacho tenía más dinero, era simplemente una mentira que había dicho para poder hacer un trato y comprar más droga por menos precio.

— sí— aceptó. Ella había hecho un contrato, tenía que aceptar lo que le ordenaran, aún sí eso estaba contra su voluntad.

Mientras la azabache se encargaba de él, Adrien caminaba hacía un grupo de chicas. Él sacó del bolsillo de su chaqueta más bolsitas.

— ¡Adrien!— exclamó una chica saltando a los brazos del nombrado.

— ¡hey, tú!— gritó un hombre corpulento al chico.

— ¿qué quieres?— preguntó con molestia.

— ¡no puedes estár en MÍ territorio!— dijo recalcando el "mí".

— ¿tú "territorio"?— dijo con algo de burla— ¿dónde está tu nombre marcado? No lo veo— dijo con una mirada y un tono algo desafiante.

— tú mirada me dice que quieres qué te mate a golpes— comentó haciendo traquear su nuca.

— ¿oh, enserio?— pregunto con inocencia para después esbozar una sonrisa.

— lárgate de aquí— ordenó.

— no quiero, ¿qué vas a hacer?— preguntó aún desafiante.

El gran hombre sacó una navaja y apuntó al cuello de Adrien.

— oye, ¿sabes que tengo un jefe?-comenzó a decir— él me ordenó vender la mayor cantidad posible, y no puedo fallarle— dijo.

— ¿qué tiene que ver eso?— pregpuntó confuso el hombre.

— cumpliré lo qué acepté— mencionó con una sonrisa cínica.

Adrien sacó un arma del bolsillo de su pantalón y le disparó en el estómago al tipo. La pistola tenía un silenciador, por lo tanto no se oyó casi el tiro.

El sujeto cayó al suelo, y sus colegas lo arrastraron.

— ¡ah, Adrien! ¡Eso fue muy valiente!— exclamó una de las muchacha. Todas las chicas suspiraron ante tal acto.

El rubio les pasó a las chicas unas bolsitas. Todas ella pagaron lo correspondiente.

Él claramente no dejaría caer el negocio que lo salvó, tampoco iba a dejar que nadie se interpusiera en su camino, no le importaba asesinar a quien sea. Después de todo, el simplemente era un humano ambicioso qué en su desesperación tomó un camino distinto. Incluso si era el camino incorrecto.

"No me dejaré caer tan fácilmente"

¡Hola! Nuevo cap. Lamento mucho demorarme tanto, tenía bloqueo creativo y volví a estudiar, por lo tanto todo es muy pesado. Si les gusto el cap regálenme una estrellita que saben que me ayuda mucho. Se despide dilunar. Besito (*3*)

Editado: 18/10/18

"You Are Not What I Thought"-Miraculous-AU- Donde viven las historias. Descúbrelo ahora