CAPITULO 7 - Dulce final

119 9 1
                                    

            Cuando volví a casa lo hice acompañada de Haeri, mi hija no tuvo malas intenciones, pero gracias a sus juegos se había metido en problemas o mejor dicho, a mí. Hyun estaba sentado en la cocina y Haeri corrió a abrazarlo, creo que eso le quito la mala cara, porque me miro sorprendido. Yo baje la vista, me había ido de la casa en la mañana y ya era de tarde, estaba molesta, nunca me dijo que mi hija estaba en casa de Jae y no me gustaba la idea de que mi hija estuviera en un lugar distinto del que yo creía.

—Tuve que ir a buscarla...— Le dije a Hyun acercándome a tomar un vaso y sirviendo un poco de agua, tenía que quitarme el sabor de sus besos, incluso el leve aroma de su loción se quedó en mi ropa — dijo que estaba enferma pero como vez... solo fue una travesura.

— ¡Sí!...— Grito y siguió jugando con su padre inocente, muchas cosas pasaban por acciones inocentes.

— ¿Por qué no me dijiste que estaba con Jae?..— Tuve que preguntárselo, se notaba en mi tono algo de molestia, y lo estaba, había hecho todo para evitar verlo, luego él iba y ponía a nuestra hija en sus manos.

—Porque no me pareció importante...— Me dijo despreocupado mientras besaba a nuestra niña, ¡dios! ¿Acaso sospechaba algo? o realmente no tenía idea de lo que pasaba para hacer eso.

—Pues a mí sí me parece...— No sé si buscaba pelear con él y esta era la excusa perfecta o solo quería descargar mi frustración en alguien y quien mejor que mi esposo.

—Mamá no exageres...— Intervino mi pequeña y gracias a eso me gire controlándome, siempre intentando evitar las peleas, evitar el conflicto.

— ¿ya comiste?...— Nosotras si, había preparado algo rápido para las niñas y Jae. Nos miramos y creo que él también estaba decepcionado, la velada para dos se convirtió en una cita plantada.

—No, estaba esperándote...— Entonces me sentí mal por enojarme, pero mucho de lo que paso fue por su culpa, por hacer las cosas mal, por dejarme aunque estaba feliz... casi... ¿o no?.

            Luego de acompañarlo a comer subimos, Haeri tomo un baño y yo prepare su ropa de dormir, era temprano pero era mejor que estuviera en pijama. Mi esposo se dedicó el resto del día a jugar con nuestra nena, se veían muy felices juntos, ¿Cómo iba a separarlos? no podía, prefería creer que aun amaba a mi Hyun, lo sentía de esa forma, que nos complementábamos, pero Jae... él pudo ser algo más que solo un amigo. Me quite el anillo del dedo, leí una vez más el grabado; te amo, simple igual que el anillo, una argolla de plata sin piedras preciosas eso éramos nosotros.

            Me senté en la cama recordando ese día. Dar ese paso no pareció tan importante en ese momento, aunque solo fue una boda por el civil, nada de fiesta, un par de amigos, una celebración pequeña pero linda. No tenía un vestido de novia para mostrarle a mi hija, nunca nos casamos por la iglesia, en eso tuve la culpa por no tener una creencia religiosa. Volví a poner el anillo en el dedo medio sonriendo, forzada a sonreír.

— ¿Estás bien? — Su voz me hizo sonreír sinceramente.

—Sí... solo recordaba...— Le dije mirándolo, estaba algo cansado de los juegos con Haeri pero se notaba feliz, al menos él si era feliz.

— ¿Qué cosa?...— La cama se hundió con su peso.

—Cuando nos casamos...— Otra vez añorando el pasado, pues no, solo deseaba volver a sentir el cosquilleo de felicidad, la emoción del viaje, antes de cumplir y llegar a la meta — ¿lo recuerdas?...— Lo mire a los ojos esperando ver esa chispa.

—Sí, te veías hermosa. En esa época tu cabello era tan largo y negro que parecía un manto — Sus manos tomaron los mechones —siempre sonreías y parecía que nada podía tirarte al suelo y si caías, te levantabas con más risas...

Necesito un HeroeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora