Darkness and light - REESCRIBIENDO

Capitulo 18 Dulce Despertar ❤REESCRITO

Mierda, era jodidamente hermosa. Era la personificación de la inocencia y sensualidad. Y es toda mía.

Mía.

Y yo soy suyo.

Las chicas hacían su trabajo eficientemente mirando de reojo a Ana, creo que aun no la habían reconocido ya que la sabana le cubría hasta los hombros y algunos mechones de su hermoso cabello le cubrían el rostro pero minutos después mi nena dejo escapar un suspiro y se removió en la cama posicionando su cuerpo de lado haciendo que la sabana se bajara hasta su espalda baja. Un jadeo colectivo de sorpresa se escucho en la habitación, las empleadas de la floristería no le miraban el rostro pero el tatuaje de su espalda era inconfundible. Podía imaginar los grenages de su cabeza girando al reconocerla, les lance una mirada dura para que dejaran de mirarla y continuaran con su trabajo. No fui consiente hasta que baje la mirada a Ana que al bajarse la sabana había dejado desnudos sus pechos, contuve un gemido al ver sus pezones rosas que horas antes habían estado en mi boca lo que hizo despertar a mi amigo allí abajo, su cuerpo parecía haber sido moldeado por los mismos ángeles era perfecto y merece ser adorado siempre, ayer me encargue de ello lo adore con mis manos, mis labios y mi lengua durante horas porque luego de la primera vez hicimos el amor dos veces mas. Nunca me cansaría de ella.

Cubrí gentilmente su cuerpo para que no miraran, eran mujeres pero no me apetecía que nadie admirara su desnudes mas que yo. En unos minutos después y varias miradas curiosas y llenas de envidia hacia mi nena de parte de las empleadas de la floristería al fin terminaron con su trabajo, la habitación había quedado preciosa digna de una princesa y es que eso es exactamente lo que Ana era, una princesa.
Mi princesa. Habia pétalos sobre su cuerpo cubierto por la sabana, lucia como una ninfa rodeada de rosas azules y blancas, una diosa que merece ser adorada como tal.

Satisfecho con el trabajo acompañe a las chicas afuera de la habitación cerrando detrás de mi en silencio.

-Todo luce perfecto, dígale a la dueña del negocio que recibirá un bono por su esfuerzo. -le pedí amablemente a la encargada del grupo quien asintió con una sonrisa agradecida. -Taylor les dará sus móviles, por favor acompáñenlo al llobby del edificio.

-Por supuesto, muchas gracias señor. -estreche la mano que me extendía con una sonrisa y las 5 desaparecieron mientras seguían a Taylor fuera del penthouse.

-¿Tienes el desayuno Gail? -le pregunte ingresando a la cocina e inmediatamente Kirey vino a frotarse contra mis piernas. -Hey amigo. Saldremos a pasear mas tarde, ¿de acuerdo?

-Si señor. -me señalo una bandeja con tostadas francesas, huevos, tocino, dos platos de frutas y lo que nunca faltaba en los desayunos de Ana: nutella. ¿Cómo podía tener un cuerpo perfecto y comer tantos dulces? Era un misterio -Tal como usted lo pidió.

-Gracias Gail, puedes tomarte el resto del día pero podrías dejarle comida a Kirey por favor?

-Por supuesto señor yo me encargo. –Asentí y tome la bandeja con nuestro desayuno.

Me retire sin mas demora a la habitación entrando silenciosamente, otra vez había cambiado de posición, Ana en verdad era muy inquieta para dormir pero eso era adorable. Deje la bandeja con nuestro desayuno en el buro, tome la hermosa rosa roja con la pulsera de mi nena y la deslice suavemente por su hombro, su posición me permitía total acceso a ella ya que estaba,acostada sobre la cama con la sabana cubriendo solamente su centro...mi paraíso personal..algunos pétalos azules se perdían entre su cabello y otros cubría uno de sus pezones. Era una imagen preciosa y única, una que jamas olvidare.

Reemplace las caricias con la rosa para besar su piel, pasaba la punta de mi lengua por su cuello saboreando ese toque dulzón de ella. Lentamente me aleje para verla estirarse adorablemente parecía una gatita jugando entre las sabanas. Mi gatita. Y vaya que lo es, los pequeños rasguños hechos por sus uñas en mi espalda y brazos lo demostraban.