Medidas de Prevención

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Me miró confundida, su nariz estaba roja, sus mejillas también.

- Escucha, yo.. - las palabras me salían una por una - creo que sería mejor si regresas a la casa, y te quedas ahí.. - negó con la cabeza, no quería volver, pero sabía que era necesario - Escuchame, tienes que guardar reposo, y necesitas alguien que cuide de tí

- Y eso qué - se alzó de hombros - Andrea puede cuidarme, en tu casa estaría yo sola, tú nunca estás

- Sabes que Katherine o Caroline podrían cuidar de tí -la miré - deberías considerarlo

- Creo que ahora no quiero pensar en nada, perdón - murmuró distraída - pero lo pensaré luego - una lágrima bajó por su mejilla, traté de tomarle la mano, pero la alejó - No, Damon, no estoy de humor para esto - dijo con pesar, hundiendo la cara en las manos

- Te entiendo - susurré - Está bien..

- No, tú entiendes - su rostro enrojecido estaba cubierto por una maraña de cabello que le caía hacia abajo como una cascada - Nuestro bebé está en peligro, no está para nada bien, y tal vez sea por mi culpa - alzó la vista hacia mí, su mirada rota me dolía. - Y tal vez sea por mi culpa.. - dió un golpe en la puerta del auto y bajó de él, tomé las bolsas que dejó y las lleven dentro. Caminé hacia su habitación, ella se encontraba sentada en la cama, limpiando sus mejillas, me quedé de pie, viéndola.

- Linda, yo..- no sabía que decirle, sabía que no había nada que pudiera decir, que la hiciera sentir mejor

- ¿Puedes.. abrazarme? - susurró, me acerqué a ella y la envolví en un abrazo, tratando de no apretarla. Nos mantuvimos así hasta que se tranquilizó y se quedó dormida, la acosté y me encaminé hacia la puerta - No te vallas - susurró, mirándome desde la cama, apagué el teléfono, que sonaba con una llamada de mi socio y lo puse en la mesita junto a la cama, me quité el saco y me acosté junto a ella; pasé un brazo por su espalda y ella apoyó su cabeza en mi pecho. Los dos nos quedamos dormidos.

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- Damon - una voz susurró cerca de mi pecho, abrí un poco los ojos y mi esposa me miraba con curiosidad. Su cara - aún hinchada y un poco roja - me parecía extrañamente apagada.

- ¿Qué sucede? - susurré, pasando la mano por mi cara, mi estómago rugía de hambre

- ¿Tienes hambre? - preguntó sentándose, asentí, se encaminó a ponerse en pie pero me adelante, recordando lo que la doctora había dicho - Tú no irás a ningún lado - dije mientras la miraba

Frunció el ceño, pero no dijo nada
- ¿Y qué piensas hacer? - preguntó mirándome divertida - Tú no sabes cocinar

- Claro que sé, pero no me gusta hacerlo - dije obviando el tema - Pero lo haré en este momento.. - me lo pensé, cuando se trataba de cocinar, no tenía experiencia alguna ya que hacía bastantes años que no cocinaba nada más que el desayuno para Elena y ahora _______.

- Creo que será mejor que pidas a domicilio - sugirió la pequeña mujer enfrente mío

- Es lo mejor - dije tomando mi celular - ¿Comida China? - le pregunté sentándome junto a ella

Arrugó la nariz - Me da asco el olor de la comida china...

- ¿Tacos?

//Después de Elena// Damon Salvatore y tu// [ON HOLD]Where stories live. Discover now