Rival Inmortal. (Duología Inmortal)

Capítulo 47. (Verdades de Malenka)

 - ¿La amabas? - preguntó papá.

- Si, lo hacía, pero me di cuenta demasiado tarde - dije.

- Entiendo... Es lamentable lo que le sucedió, decirte que todo estará bien seria mentirte. Creo que esas cosas nunca se superan pero se aprende a vivir con ello, Vasariah era el ángel oscuro con mas luz, era una chica con ojos soñadores, ella se quedaba en el mundo de los humanos observando la naturaleza, creo que le gustaba mas ese lugar - dijo papá con una sonrisa - bueno no la culpo este lugar se ve sombrío, creo que deberíamos darle un poco mas de luz, de vida - dijo papá.

Levanté una ceja.

- ¿Y a ti que te sucede? - le pregunté preocupado por sus ideas.

- Creo que a tu madre le gustaría si estuviera lleno de vida - dijo de la nada.

Ah... mamá eh... ahora todo cobra sentido. Sonreí.

- Mamá eh... - dije.

- Si ¿crees que le guste? tambien podriamos montar un lugar para Vasariah, en honor a ella, como un campo verde y puro para que puedas ir y sentirte cerca de ella, lamento tanto haber esperado tanto para darles algo mejor a todos ustedes - dijo papá.

<<Puedes ir y sentirte cerca de ella>> me parecía bien... 

- Me gusta la idea, creo que a mamá igual. ¿La vas a recuperar? - le pregunté curioso.

No es que me interesara tener a mis padres juntos, pues no sabia que era eso, pero si veía el amor que ambos se tenían y creo que deberían arreglar sus diferencias pese a lo que sucedió cada quien tenia sus razones para actuar de esa forma.

- Lo haré. Cueste lo que cueste, la recuperaré - dijo papá seguro. 

Me levanté del sillon con Vash en mis manos.

- Estoy practicando en el mundo de los Dioses en la academia de Isis, estamos compartiendo conocimientos en cuanto a combate se trata - le dije .

- Esta bien, ten cuidado - dijo papá pensativo por lo que dije.

Asentí y me fui a mi recamara. 

Le di de comer a Vash y me tiré en mi cama mirando hacia el techo. Esta vida seria una tortura sin ella. 

Malenka. 

No faltaba mucho para que Xavier diera sus pasos, estoy segura que no iba a esperar demasiado tiempo. Las dos espadas pequeñas estaban listas, respiré y cerré mis ojos. Luego los abrí y caminé hacia esa cabaña alejada, entré y tenia los ojos abiertos.