Life.

Yo, Believe.

— Te doy la bienvenida a este mundo de fantasía —hablo con un sonrisa—. Verás, este lugar no es normal, de hecho ni siquiera es el mundo real, nosotros somos el producto de la imaginación de una escritora con mente traviesa.

Camino hasta el sillón de puntos rojos que tanto me gusta, amo el color rojo, es tan apasionante e inspirador a su vez. Espanto con fatiga al venado negro de dormía sobre mi asiento, y procedo a descanzar sobre él.

Suspiro. Así estaré más cómoda.

—Tenía rato esperándote, ¿sabes? —me quejo, al instamte recibo al gato alado en mi regazo. Es un gato fastidioso. Pero igual le acaricio—, cada día que pasaba te esperaba, de pie justo allí, en la puerta. La escritora no me ha dejado descanzar, insistía en que debía recibirte de la mejor forma, así que por favor, no te vayas. Necesito a alguien con quien charlar.

Agarro una de las galletas de mantequilla, que reposan en el colorido tarrón de matices fríos en la mesa a mi lado.

»En este mundo cada loca idea de la escritora se hace realidad, por lo que hay muchos animales nuevos, u objetos mágicos, que tienen la misma posibilidad de hablar como de vivir. Este mundo es como estar dentro de su cabeza. En cuanto a mí, soy su creación también, ella quiere que sea yo quién te guíe, por las líneas siguientes a esta.

Me levanto del sillón haciendo que el gato vuele para no caer al suelo, me deslizo hasta la ventana que da la impresión de pertenecer a una casa de campo, tiene un bonito marco blanco que le encantó a la escritora en cuanto lo vió en internet, es tallado y lo adornan unas hermosas Nomeolvides.

»A mí no me encantan estas flores, antes prefiero las orquídeas, pero no soy quién manda aquí. —comento asomándome para ver las calles pintorescas de Life— Ve por allá, ahí hay una banca que adora abrazar a las personas, es muy habladora y cariñosa, por eso se pone a llorar cada vez que alguien se levanta. ¿Qué?, ¿no comprendes de qué va todo esto?, —mofo al ver tu cara— ya te lo había dicho, soy el producto de la imaginación de un ser como tú, vivo acá en Life, dónde todo puede suceder.

Estamos en un doceavo piso, a la escritora le gustan las alturas, desde aquí se pueden ver las calles de pierda blanca perderse en la lejanía. Los niños juegan abajo con unas libelosas, una mezcla entre libélulas y osos, los infantes les lanzan pelotas para que vayan a buscarlas calle abajo.

Qué maldad hacerles bajar la pendiente.

»En fin, me ha encantado hablar contigo, pero no sé qué más decir, por favor no te vayas. Prométeme que te veré en la siguiente página, tal vez esta primera no fue muy interesante, pero te aseguro que el resto sí lo será. —Me acerco para susurrar en tu oído— He escuchado a la escritora pensar en varias ideas para los siguientes posts. Entonces, ¿Te unirás a la aventura? Espero que sí. Estaré aguardando tu retorno, de pie junto a la puerta de caoba, así que no te tardes. ¡Adiós!

Gif elaborado por la casa del antídoto.