Capítulo 11: Cucarachas.

7.3K 1K 298
                                    

🗝️

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

🗝️

El ambiente denso y con neblina que le había provocado las alucinaciones de Shaddy, poco a poco se fue disipando hasta volver a la normalidad. Vincent quedó estudiando a Katrina, sin entender muy bien si solo deambulaba por esa zona de Villa Lamentos o de verdad había entrado a aquel club de bailes eróticos para los caballeros. Quería creerse que una joven como ella no necesitaba meterse en esos lares, pero viendo su reacción tan angustiada era evidente que la muchacha salía de aquel callejón.

No supo como reaccionar. Ambos se miraban desconcertantes, sin saber muy bien con qué palabra empezar la conversación. Tampoco quería juzgarla, la joven podía estar pasando calamidades con el dinero y debía de buscar un trabajo que fuera bien pagado. Lo que no comprendió es por qué mintió respecto a Ivy.

-Dr. Krood... Yo... -titubeó.

-No hace falta que expliques nada. No soy quién para recibir una explicación. Cualquier trabajo es digno de respetar.

Ella tragó saliva.

-No quiero que piense mal de mí. Me da miedo confesar mi verdadero oficio dado en el pueblo que vivo.

«A Ella también le importa lo que la gente opine. Quería creerse que tiene una coraza que impide que las habladurías no le afectasen, pero ahora veo que su armadura está tan rota como la mía», pensó para sí mismo.

-¿Por qué mentiste respecto a Ivy? Dijiste que la viste en la tienda del supermercado -indagó con recelo.

-No mentí. O sea, si que mentí respecto a que no trabajo allí, pero como ya dije, la vi una mañana comprando apresurada, miraba a través de los cristales como si allá afuera le acechase algo.

-¿Estás segura que dices la verdad?

-Por favor, no dude de mí. ¡Claro que estoy segura! No podría estarlo más. Sé lo que vi.

Que Katrina tuviese el trastorno límite de la personalidad le llevaba a figurarse que quizá la joven no estaba automedicándose y que podía llevar sus impulsos a esos extremos, de verse vista en un trabajo que no le gustaba. Las personas que suelen tener ese trastorno, a menudo sufren de estar metidas en relaciones tóxicas y caóticas con otras personas. No quería pensar que estaba obligada a trabajar allí dentro siendo manipulada, o explotada mentalmente. Podía estar desequilibrada, sin encontrarse a sí misma. Aunque claro estaba el hecho de que la chica le confesó que si no fuera por él, ya sería un bonito cadáver.

¿De verdad se estaba medicando, o lo estaba evitando?

Cuando Vincent se despidió de ella, Katrina le sostuvo la muñeca impidiendo que se marchase. El hombre giró sobre su eje para mirarla. La pobre muchacha estaba tan avergonzada que ni siquiera podía corresponder su mirada. Enterraba la vista en sus propios zapatos, evitando cualquier contacto visual con la persona que la salvó del abismo.

Shaddy ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora