Sólo quiero decir, te amo

La vida no podria ser mejor

-¿Quién?- su mirada se puso tormentosa, mala pregunta, lo sabía pero tenía que saberlo.

-No te diré, lo sabes, ya ha sido bastante malo con el hecho de decírtelo además no importa ya que te pongas en modo gorila- eso me hizo sonreír.

-Sino me lo dirás entonces dime al menos que nombres has pensado al respecto- su malhumor se evaporó al instante y una sonrisa jugaba en sus labios, suspiro y se acomodo de vuelta en mi pecho jugueteando con un mechón de su cabello oscuro.

-Me gusta Sylvain...- (Jajajajajajaja ok no, es una broma, no me maten)

-Veamos, me gustan Lysander, Carter, Mikael- se giro y me miro con la curiosidad brillando en sus ojos - ¿A ti te gusta alguno?- le dio una sonrisa torcida.

-¿Michael?- mi voz denotaba la inocencia que no tenía en absoluto al decir el nombre.

-Percy, nuestro bebé no se llamará Michael Jackson- su voz intentaba sonar enfadada pero casi inmediatamente soltó a reír a carcajadas.

-Al menos lo intente- ella no pudo resistirse más y soltó a reír.

Y en ese momento me desperté.

Sentí como una lágrima corría fría contra mi mejilla, suspire pesadamente, ya casi eran tres años de esa conversación. Sin quererlo rompí a llorar, a veces parecía que apenas había sido ayer cuando ella se había ido, me hacia muchísima falta, y no hablaba con nadie más respecto a ello por temor a que pensarán que tendría una recaída, la idea de que me apartarán de Zoë era aún más dolorosa que su ausencia.

Un ligero ruido de pisadas me aviso de su presencia, poco después con un ruido sordo y el ligero hundimiento del colchón fui totalmente consciente de su cercanía, cuando retiro mis manos de mi cara y me miró con toda la curiosidad e inocencia que la caracterizaba en sus preciosos ojos azules sólo pude sonreír. Ella me sonrió a su vez y me estrecho en sus brazos.

-Shhh no llodes papi- con sus dedos pequeños y ligeros trataba de limpiar mis lágrimas.

Oh, cariño, si pudieras verla ahora, se parece tanto a ti que duele, pensé con un tono lastimero.

-Estoy bien pequeña, siempre estoy bien cuando estas conmigo- le abrí los brazos y mi pequeña salto a ellos.

-¿Pensabas en mami?- sus manitas jugaban distraídamente con mi cabello.

-Sí mi amor, pensaba en ella y en lo mucho que te pareces a tu mamá, dioses, serás tan hermosa como ella algún día- mi hija me miraba con curiosidad -pero eso sí, nada de novios hasta los treinta años señorita- mi pequeña se río, producto de que había empezado un ataque de cosquillas.

-Papi pada, pada- decidí detenerme y esperar hasta que sus pequeñas carcajadas se detuvieron.

-Dime hermosa, ¿qué temática vas a querer para tu cumpleaños?- mi niña pareció pensarlo por un segundo, aunque francamente sabía lo que iba a decir antes de que saliera por sus labios.

-¡¡La Sirenita!!- Sonreí Reyna tenía razón Zoë a veces se parecía más a mí que su mamá.

-Entonces la Sirenita será- al ver la enorme sonrisa que se plasmaba en su rostro inconscientemente empecé a cantar "bajo del mar" La voz de mi pequeña princesa acompañandome en cada estrofa.

Zoë, escúchame. Ese mundo está muy mal.
La vida bajo el mar es mucho mejor que el mundo allá arriba.

Tú crees que en otros lagos las algas más verdes son
Y sueñas con ir arriba, ¡y qué gran equivocación!
¿No ves que tu propio mundo no tiene comparación?
¿Qué puede haber allá fuera que causa tal emoción?

Bajo del mar, bajo del mar
Vives contenta, siendo sirena eres feliz
Sé que trabajan sin parar y bajo el sol para variar
Mientras nosotros siempre flotamos
Bajo el mar

Los peces son muy felices, aquí tienen libertad
Los peces allá están tristes, sus casas son de cristal
La vida de nuestros peces muy larga no suele ser
Si al dueño le apetece, a mí me van a comer

Bajo el mar, bajo el mar
Nadie nos fríe ni nos cocina en un sartén
Si no te quieres alinear bajo el mar te quedarás
Y sin problemas entre burbujas
Tú vivirás

Mi hija bailaba descalza en la alfombra, su imagen me recordó vagamente a otra niña, otro momento, otro lugar, pero la misma canción.

Te extraño nena, mucho más de lo que imaginas, pero me has dejado lo mejor de ti, miré a mi niña bailar como si la vida se le fuera en ello, lo mejor de los dos.

Bajo el mar, bajo el mar
Hay siempre ritmo en nuestro mundo al natural
La manta-raya tocará, el esturión se unirá
Siempre hay ritmo, ritmo marino
Bajo el mar

Oye la flauta, oye el arpa
Al contrabajo ponle atención
Verás la trompetas y el tambor
Disfruta de tu canción, sí
Con la marimba y el violín
Las truchas volteando, el otro cantando
Y sin olvidar los del clarín
Que empiece la función

Sí, bajo el mar, bajo el mar
Hay bailarinas, son las sardinas, ven a bailar
¿Para qué quieres explorar si nuestra banda va a tocar?

Hay castañuelas, son las almejas bajo el mar
Y las babosas están son tan mocosas bajo el mar

El caracol es saxofonista
Y las burbujas llenan la pista
Para que bailes en esta fiesta
Bajo el mar

-Papi, mi tía Cady y Pipes dijeron que pasadían hoy pod mí pada escoged mi vestido-

-Entiendo princesa, pero creo que primero tienes que tomar una ducha, ¿tú que dices?- mi hija salió corriendo con una carcajada, me fue inevitable no reír con ella.

Sí, la vida no podía ser mejor, tenía todo lo que necesitaba en este momento.

Tras ese pequeño pensamiento salí en pos de mi hija.

πππππππππππππ

Vale vale se que me desparecí... Pero juro que no fue intencional, algunos saben de mi pequeño inconveniente y mi fractura, por lo cuál decidí empezar una adaptación, la cuál me ha consumido un poco más de lo que pensé, pero aquí tienen un pequeño momento Padre-hija.

Prometo que el siguiente será la continuación a partir de la visita de Rey-Rey.

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