Capitulo 20

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-Aitana, por favor, deja de llorar ya y dime que ha pasado. Por qué te juro que voy y le mato.

- ¿Cómo sabias que pasaba algo?

-Amaia me llamo en cuanto no te vio al salir.

-Luis, me pillo de sorpresa. Me metió en el coche a la fuerza. No podía irme de allí. Me llamo de todo. Volvió a intentar manipularme. ¿Le has pegado?

- ¿Qué? No. Aunque ganas no me han faltado. ¿Enserio creías que le había pegado?

-No, no. Se que no lo habrías hecho. Pero me ha destrozado. Me ha llamado de todo. Me ha hecho sentir la mayor mierda del mundo. Luis, te estoy jodiendo la vida. Tu podrías estar con la persona que quieras, y no con una niña que tiene diez años menos que tú. Joder, que no sirvo para nada. Simplemente tuve la suerte de ganar un concurso, pero no puedo más, Luis, no puedo más.

-Ey, ey, Aitana. Cálmate y deja de decir tonterias. ¿Podria estar con la persona que quiera? Si. ¿Pero sabes que pasa? Qu ella la tengo. Y no pienso dejar que ese imbécil te haga pensar lo contrario. De verdad, que vales mucho, desprendes magia, y felicidad a todo el que está a tu alrededor.

-No. No puedo desprender nada cuando estoy hecha mierda. Soy un desastre. Luis, no puedes estar conmigo. Te voy a arruinar la vida.

-No me vas a arruinar nada. Al revés. Me haces feliz. ¿Te acuerdas de tu canción? Llegaste tu y me iluminaste, Aitana.

-Luis, ¿de verdad me quieres?

-Te quiero mucho, Aitana. Muchísimo mas de lo que tu te piensas. Muchísimo mas de lo que yo creía poder querer a alguien. Muchísimo más que a mi vida. Y nunca lo dudes. Y si dudas, dímelo, porque te demostrare que no es así. ¿Y tú, me quieres?

-Ay, Luis, pues claro que te quiero, pero tengo muchas dudas. Que se que son dudas mías y que no las tengo que hacer aso, pero luego pienso en todo lo que me ha dicho Vicente y no puedo sacármelo de la cabeza.

-Ahora vengo. Duérmete.

Luis salió corriendo por la puerta. Sabia donde tenia que ir. Cogió el coche y acelero todo lo que pudo. Aitana se quedo descolocada. ¿Dónde iría a esas horas de la noche? De pronto lo supo. Había ido a buscar a Vicente. Cogió el abrigo corriendo y salió tirando de la puerta. Era viernes, por la noche, sabía que Vicente podría estar en el pub donde solían ir antes de que todo cambiara. Llamo a su padre temblando, pensando en todo lo que podría hacerle a Luis.

-Papa, ven corriendo al hotel de Luis. Necesito tu ayuda.

- ¿Qué pasa Aitana? Me estas asustando.

-Tu ven rápido, ahora te lo explico.

En tan solo cinco minutos, el coche de la familia estaba en la puerta del hotel. Aitana se monto corriendo y le dijo donde tenía que ir.

- ¿Me puedes explicar que pasa?

-Arranca ya. Luis ha ido a buscar a Vicente, y puede hacerle algo.

- ¿A Vicente?

-No. Vicente a Luis. Hoy he estado con el y esta muy diferente. Es capaz de cualquier cosa, y más si ha bebido.

Cosme no se lo pensó dos veces y salió corriendo hacia el pub que le decía su hija. En muy poco tiempo le había cogido mucho cariño a Luis, y sobre todo le apreciaba por hacer feliz a su hija.

-Eres un carbón, un hijo de puta. ¿Cómo puedes hacer tanto daño a una persona que supuestamente querías? ¿No le has comido suficiente el coco ya, como para que ahora la hagas pensar que no vale para nada? Si se ha cansado de ti y el amor se acabo no es culpa suya ni mía, si no tuya. Si te hubieses esforzado en cuidarla y apoyarla en vez de intentar beneficiarte de su fama, las cosas irían diferente. Así que ni se te ocurra volver a acercarte a ella, porque me estoy cansando de hablar, y como te de una ostia te quedas en el sitio.

-El que se metió en medio fuiste tú. Si no le hubieses dado pie a nada, no se habría encaprichado contigo. Porque el hijo de puta eres tú. Tenias novia y sabiendo que ella tenia novio, seguro que la engatusaste para follártela y dejarla. Así funciona la gente como tú.

Luis se arto de escucharle y con toda la rabia contenida que tenia desde hace semanas, le dio en toda la cara con el puño. Justo en ese momento llegaron Aitana y su padre. Cosme consiguió agarrar a Vicente antes de que pudiese responderle. Olía a alcohol muchísimo, y si no le hubiese parado, habría pasado una desgracia. Aitana se aferro a Luis como si le fuese la vida en ello.

-Para, por favor, está borracho. Te va a pegar y no quiero. Para, Luis, por favor. Tranquilízate.

Cepeda volvió en si al escuchar la voz de su niña. La rodeó con sus brazos y cuando vio a Cosme acercarse a ellos y puso la mano en la espalda, se metieron en el coche. Aitana fue todo el camino abrazada a él, apoyada en su pecho, donde cayo rendida al sueño entre lágrimas.

-Ya hemos llegado. Vamos, pequeña.

Aitana miro por la ventanilla y vio que estaban ante su portal.

-Dime que te quedas.

Luis miro a Cosme pidiéndole permiso y este asintió en aprobación.

-Vamos.

Nada mas llegar se tiraron en la cama sin ni siquiera ponerse el pijama. Había sido un día intenso para ambos y lo único que necesitaban era abrazarse al otro hasta quedar dormidos.

-Gracias. -interrumpió de repente el silencio Aitana.

- ¿Gracias porque, pequeña?

-Por aparecer en mi vida.

-Entonces el que tendría que dar las gracias soy yo a ti. Gracias por hacerme cada día un poco mas feliz que el anterior.

-Tu ya eras feliz cuando me conociste.

-Uy Aitana, si yo te contara.

-Cuéntame. -dijo mientras se incorporaba y se apoyaba en su pecho.

-Es una historia muy larga, y la mitad ya lo sabes. Mis padres nunca me han apoyado en nada, y nadie puede ser feliz cuando discute todos los días con sus padres. Luego con Graciela no era feliz, cada uno iba por su lado. Éramos pareja por costumbre creo yo. Madrid me encanta, pero me sentía solo allí. Ahora si que soy feliz. Te tengo a ti, a tus padres que me apoyan mas que los míos, a Roi, a Ana, a la parejita feliz, a todos, vamos. No puedo pedir nada más.

-Ahora me doy cuenta de que yo tampoco era feliz antes. Creía que iba a estar toda la vida con Vicente, y ahora pienso que qué tontería más grade. Si el era el que decidía todo, yo simplemente asentía y hacia todo lo que el quería. Yo creía que eso era tener pareja, que el otro fuese feliz, pero me olvide de mí. ¿Sabes que mi padre me ha dicho que si no le dabas tú le daba él? Te ama. Tanto como yo.

Aitana se tapó corriendo la boca. Luis iba a salir corriendo con eso. Pero para su sorpresa la abrazó más fuerte.

-Yo también, pequeña. Yo también.

El timbre de la puerta sonó. Eran las dos de la mañana. ¿Quién podría ser a esas horas?

-Policía. Buscamos a Luis Cepeda.

CamufladosWhere stories live. Discover now