Capitulo 16

2.8K 95 27
                                    




Aitana llego a su casa y se encontró a Vicente al teléfono. Fue hasta el y se lo arranco de las manos.

- ¿Pero qué coño te pasa?

-Fuera de mi casa. Vete. No quiero volver a verte.

-Yo no me voy a ningún sitio sin que me expliques que te pasa.

- ¿Por qué cojones no querías que fuese a la reunión con Noe para los conciertos? ¿Quién te crees que eres para controlarme la vida?

-Tu novio. Y si tu no aprovechas tu momento de fama porque no sales de la puta habitación, ya me encargo yo.

-Claro, si lo único que quieres es ser famoso. ¿O que quieres? ¿La mitad de todos los contratos? Vete. Adiós Vicente.

-Claro, ¿y quién va a hacer todo lo que yo he hecho? Si no sabes hacer nada. Te tiras todo el día tirada en la cama. Lo único que haces es perder el tiempo. No se ni como ganaste el concurso.

En ese momento aparecieron los padres de ella y al escuchar todo lo que le estaba diciendo, se tuvieron que controlar para no echarle a patadas.

-Vicente, te pedimos por favor que te vallas y que no vuelvas por aquí. O nos veremos en la obligación de volver a llamar a la policía.

-Esto no va a quedar así. Te lo juro, Aitana. Esta me la vas a pagar.

Aitana se echo a los brazos de su madre. Estaba al borde de un ataque de nervios. Ver a Vicente así la había puesto muy nerviosa. Pero también por todas las emociones que en pocas horas se habían removido dentro de ella.

- ¿Cómo que "volver" a llamar a la policía?

-Da igual, Aitana. Olvídate de él.

-Papa, ¿me puedes acercar a un sitio con el coche?

- ¿Dónde quieres ir a estas horas?

-Necesito hablar con Luis.

Cosme cogió enseguida las llaves del coche y salió por la puerta. Aitana fue corriendo detrás de él.

-Aitana. -la freno su madre- Tranquila. Tomate todo el tiempo que quieras.

Ambas se sonrieron. Su madre sabia que necesitaban hablar largo y tendido. Y eso fue su forma de darle permiso a que podía llegar cuando quisiera.

Estuvo más de un cuarto de hora parada en la puerta de la habitación. No sabia si llamar o no. ¿La dejaría pasar? ¿La echaría a patadas? ¿La escucharía? ¿Le daría igual todo lo que dijese? Mientras ella se hacía todas las preguntas que le pasaban por la cabeza, la puerta se abrió.

- ¿Aitana? ¿Qué haces aquí?

-Por favor, Luis, tenemos que hablar.

Luis suspiro, pero finalmente cedió. Se aparto de la puerta para dejarla pasar, cerrándola detrás de ella.

- ¿Ha pasado algo? ¿Qué te ha hecho Vicente? Lo malo. Te juro que mato a ese gilipollas.

-Tranquilo. Han llegado mis padres antes de que me pudiese hacer nada. Pero me ha abierto lo ojos.

-Aitana. De verdad. No estarás con Vicente, pero tampoco puedes estar conmigo.

- ¿Te quieres callar de una vez y escucharme? ¿Puede volver por cinco minutos el Luis que conocí en la academia?

-Te escucho, pequeña.

Se dedicaron una sonrisa cómplice. Ese fue la prueba de que era el de la academia. Aquel Luis que perdió en la final del concurso.

-Vicente me ha controlado la vida durante dos semanas. Dos semanas que me las he pasado tirada en la cama, llorando. Me manipulo para que creyese que tu seguías con Graciela. Estaba destrozada. No creía en el amor. El era un desconocido para mí. Todos los días me destrozaba mas psicológicamente. Me hizo creer que no valía para nada, que era una mierda. Me hizo sentir culpable por no sentir absolutamente nada hacia él.

- ¿Dime que no te ha puesto ni un dedo encima?

-No. Pero no porque él no quisiese. Eran los únicos momentos en los que sacaba un poco de fuerza para frenarle. Ahora todo funcionaba a la fuerza. Pero no, no me toco. Luis, por favor. Necesito que me perdones. Soy una estúpida creyéndole antes a el que a ti. No me lo voy a perdonar nunca. Pero espero que tu sí. Porque te necesito a mi lado. Como amigo, como hermanos, como sea. Pero juntos.

- ¿Pero no ves que te hago mierda?

-Llevo dos semanas en la mierda. Desde que perdí a la persona que mas quería. Pero esta mañana ha vuelto a aparecer. Y por arte de magia, he revivido. De verdad, Luis, ¿no te has dado cuenta de que contigo soy feliz? ¿No te has dado cuenta de que por mucho que haya querido, no he podido olvidarte? ¿No te has dado cuenta de que no puedo vivir sin ti?

Los dos se emocionaron al recordar esa actuación. La canción que los unió y no los dejo escapar más. Luis se pregunto que estaba haciendo. Que hacia que no le comía la boca. Y no pensó más. Se abalanzo sobre ella agarrándola la cara para que no escapara nunca. Ella se enganchó a su cuello, para no dejarlo ir jamás. Se separaron por culpa de la falta de aire.

-Perdón, pequeña. He sido un cabezota. Y el orgullo me pudo. Perdóname.

-Cállate. No quiero volver a oír que me pides perdón. Solo quiero que sigas besándome.

-No sé si voy a poder.

- ¿A no? Pues me voy. -dijo Aitana levantándose.

-Tu no te vas a ningún lado.

La cogió y la volvió a tirar a la cama. Se besaron con todo el amor y pasión que habían contenido durante dos semanas. Aitana cogió las solapas de la chaqueta de Luis, e intento quitársela.

-Aitana, Aitana. Para.

- ¿Por qué?

-Quiero disfrutar de todo. Pero poco a poco, por favor. Tu todavía no estas bien del todo y puede ser demasiado por hoy.

- ¿Pero me puedo quedar a dormir aquí, contigo?

-Por fin voy a dormir bien después de dos semanas.

Les dieron las dos de la mañana hablando y riéndose de todo lo que habían pasado juntos y todo desde que no estaban juntos. Se durmieron abrazados, con una sonrisa de oreja a oreja reflejando la del otro.

CamufladosWhere stories live. Discover now