Ella era tímida y reservada, el amable y comprensivo... pudieron ser amigos si lo deseaban, pero el destino siempre es cruel con los mas débiles de corazón. La promesa que hicieron en secundaria... ¿algún día se cumplirá?
-No me gusta este lugar- comentaba Raph sin dejar de visualizar su entorno. Casas en declive y vagabundos en botes de basura, en búsqueda de un poco de calor. El aire estaba contaminado, respirar no era una opción.
-A mí tampoco, pero no tenemos opción... vamos, es por aquí- contestaba Esteban indiferente de la situación, la insistencia de llegar era necesaria. Pasando entre las personas, Raph se impresiono de reconocer uno, deteniendo a Esteban para una respuesta
-Un momento... ¿Ese no es Flores Ortega? ¿Acaso no es un diputado? Y mira allá- indicaba hacia otro sitio, entre la mugre -¿También no es un senador?
-Realmente es cierto que nunca ves las noticias- contesto seriamente, entre suspiros pesados tuvo que responder -Cuando ella subió al trono al monarca, se deshizo de todos los anteriores políticos... y no solo me refiero de manera sangrienta, sino que también les quito gran parte de sus propiedades y privilegios, dejándolos sin nada más que lo que traían en sus bolsillos- enfatizando con sus brazos, le mostró a Raph lo que quería decir -Míralos... gente que estaba en la cima de todos, viven como unos miserables- dicho eso, se distanció de Raph, regresando al camino que debían seguir... no obstante, se detuvo para llamarle -Tenemos que continuar
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