"Te lo dije"

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-¿Lo sabes no es así?- preguntaba la joven de cabellera cafesino y ojos color ámbar, mirando de frente como si de verdad tuviera a alguien con quien hablar, comía unas galletas caseras de chispas de chocolate, sosteniendo una taza con su bebida.

-Las personas pueden ser malas por naturaleza, hieren a los otros a veces por miedo de que les lastimen... o solo por el simple hecho de gozar el sufrimiento ajeno- hablaba con seriedad mientras daba sorbo a su taza –Por eso odio a los humanos... no son tan diferentes de los animales, bueno, retiro lo dicho... tienen la capacidad de razonamiento y lo desperdician en estupideces... por el deseo de poder... que imbéciles ¿no?- mira la galleta que acababa de comer, la lanza hacia adelante para chocar con la frente de una persona... esta no reacciona.

-El poder no es algo que se consigue con lastimar a otros, sino por controlarlos- una sonrisa deforme adorna su rostro –Así, ¿Cómo dijo el tío Maqui una vez? Ya recuerdo... "el fin justifica los medios"... no importa de qué manera fuese, mientras tengas a alguien a tus pies, todo habrá valido la pena- acerco la taza hacia el joven y se sirvió más de su bebida –Tiene mal sabor, pero no importa- le sonríe tiernamente, aunque también era tenebrosa.

-Pudimos ser amigos- dijo con un tono de seriedad, sin dejar de mirarlo –Tu y yo hemos pasado por lo mismo, nos entendemos perfectamente... o al menos... eso pensé- dejo caer su taza, el contenido rojizo se desbordo por la mesa, manchando el piso –Deseaba ayudarte, de verdad... pero no me diste otra alternativa, tuve que hacerlo- dicho eso, comenzó a reír como una psicópata a la vez que lagrimas silenciosas caían por sus ojos, sufría y gozaba de lo que había hecho -¡¡Te lo merecías!! ¡¡Todos se lo merecen!! ¡¡No hay nada de que arrepentirse!! ¡¡ME ESCUCHASTE!! ¡¡NADA!!

Aporreo la mesa fuertemente, el equilibrio del joven se destruyó y su cuerpo cayó al suelo, el impacto ocasiono que la cabeza se desprendiera del cuerpo... los órganos internos desbordaron del estómago... la joven se relamió los dedos, uno de sus pies pisaba con fuerza reprimida la cabeza.

–Sin importar de qué modo, tendrás mal sabor.

Aplasto el cráneo con dureza... liberando un horrible olor a muerte.

 liberando un horrible olor a muerte

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ReminiscenceWhere stories live. Discover now