Ella era tímida y reservada, el amable y comprensivo... pudieron ser amigos si lo deseaban, pero el destino siempre es cruel con los mas débiles de corazón. La promesa que hicieron en secundaria... ¿algún día se cumplirá?
No hubo más palabras, solo el sonido de una bofetada se escuchó en la casa... el dueño, Raph, miraba con enojo a Nadi por tal afirmación planteada. Raph no evito verla con rencor, no por lo brillante de su plan, sino por lo cobarde que fue en estructurarla, Nadi miro a Raph con calma y le habló con seriedad.
-¿No quieres vengarla?- dijo con calma, haciendo que Raph enfureciera más de lo que ya estaba; Nadi no se detuvo, prosiguió con sus palabras -¿O acaso la olvidaste en el pasado como a nosotros?
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Raph no reacciono feliz, ni molesto, ni triste... no demostró ninguna emoción... solo retiro el cuchillo que le había clavado en el estómago a Nadi, mirándola con seriedad.
-Eres... un idiota...- ríe con ligereza Nadi, tratando de respirar todo lo posible para hablarle antes de morir –No sabes... con lo que... te... enfrentas...- un cuerpo chocando con el suelo mientras pintaba de color carmesí con su sangre, eso era en lo que se había convertido Nadi. Raph no miro atrás, no quiso mirar atrás... solo respiro profundamente y se fue
-Dices eso porque tú nunca la conociste como yo
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