Mi Sourwolf

3

Derek gruñó muy molesto cuando el novio de su beta llegó a las ocho en punto a cenar y apenas fueron al comedor, mordió al adolescente por la manga de su sudadera gris para llevarlo a sentarse del lado opuesto en que lo hace el indeseable visitante y sube en la silla de al lado.

-No, Sourwolf, no puedes estar aquí- dijo intentando bajarlo sin éxito- Al suelo, te dejé un rico filete en tu tazón, ve a comer.
-Déjalo, Stiles, no se moverá de ahí- sentenció su padre encogiéndose de hombros- No es la primera vez que ocupa el asiento a tu lado y se porta bien, así que déjalo ahí.
-De acuerdo, papá ya te considera uno de la familia, Sourwolf, estoy seguro que te quiere más que a mí- se quejó haciendo un puchero antes de abrazar al lobo por el cuello, ignorando sus gruñidos- Yo también te quiero, Sourwolf, te traeré tu cena- se levantó a buscar los tazones del animal, tanto del agua como de la comida para dejarlo frente a él- Te preparé dos jugosos filetes, así que pórtate bien y nada de meter el hocico en mi plato, ya es suficiente con que me quites la cama cada noche, obligándome a dormir en el frio suelo.
-¿Duerme en tu cama?- preguntó Tommy con cierta sorpresa.
-Sí, se apoderó de ella y si intento hacerme un espacio, me gruñe antes de tirarme al suelo, ¡Es un malvado!- se quejó ignorando la risa de diversión de su padre- No es gracioso, Sourwolf hace lo que quiere en esta casa y tú se lo permites, deberías apoyarme, soy tu hijo, sangre de tu sangre.
-No exageres, Stiles, hasta el momento no ha hecho algo malo, si ocupa tu cama, es porque tú se lo has permitido, lo mimas bastante.
-Es que me encanta Sourwolf- admitió acariciando la cabeza del animal con una sonrisa- Siempre he querido tener un perro y él es un perro lobo, lo cual es genial, además ya nos estamos llevando mejor, Sourwolf comparte su comida conmigo de vez en cuando- canturreó bajando una mano hasta acariciar el estómago de su mascota, quien le ladró entre gruñidos molestos- Jajajajaja, eres todo un encanto, Sourwolf.

Derek comió su cena con calma mientras presta atención a la conversación en la mesa. Tal como supuso, el sheriff conoce de antes a ese hombre y por lo que percibe gracias a sus sentidos lobunos, desconfía de las verdaderas intenciones de ese sujeto al igual que él. Cuando llegaron al postre, el adolescente sirvió el mousse de chocolate que preparó y huele bastante bien, así que acerca el hocico a la copa del chico pero éste la aparta.

-No, Sourwolf, los perros no pueden comer esto o te enfermeras- explicó el chico abrazándolo por el cuello mientras sonríe- ¿Qué haré si mi Sourwolf se enferma? ¿Quién va a gruñirme? ¿Quién robará mi comida?- se quejó con diversión en la voz y el lobo rodó los ojos con un bufido- Puedo prepararte otro filete si quieres.
-No le des tanta comida- aconsejó su padre con un suspiro cansado- No lo mal acostumbres, Stiles.
-Pero papá, mira estos lindos ojitos, ¿Cómo puedo negarle algo?
-Bien pero luego no te quejes con las consecuencias.
-Conscientes mucho a ese perro, ¿Hasta cuándo lo tendrás?- preguntó Tommy observando fijamente al animal, quien correspondió su gesto de la misma forma.
-No lo sé aún, el amigo de Peter ha tenido problemas con la mudanza... la verdad es que me gustaría que Sourwolf se quede, aunque me gruñe, muerde, se roba mi comida y me tiene durmiendo en el suelo, es un buen chico- afirmó dándole un beso en la frente peluda y el animal lamió su mejilla- Jajajaja, lo sabía, yo también te gusto.
-Deja a tu novio de lado y vamos a comer- lo interrumpió el sheriff con una sonrisa en el rostro.
-Aún cuando Sourwolf es muy atractivo, no puede ser mi novio, ya tengo uno- comentó descuidadamente- No te colocarás celoso de un perro ¿Verdad, Tommy?

El Alfa notó el momento exacto en que la expresión del Stilinski mayor cambió hasta transformarse en una mueca de molestia y golpeó la mesa con ambos manos, lo cual provocó que el adolescente deje de comer en el acto mientras su novio se coloca tenso en el asiento. Si pudiera reír, Hale lo haría, es evidente que el sheriff no aceptará esa relación y por fin se deshará de ese sujeto, porque cada día se convence más que es un peligro.