Allan Woodhouse es prácticamente de la nobleza y su encarnación más libertina. Amante del amor y el caos va por la vida a los tumbos para disgusto de sus padres que no saben como controlar a su inquieto hijo.
Una noche de juerga la vida de Allan da...
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Llegó el anochecer y Shabby subió a verme. Parecía sombría y algo taciturna a lo que era su personalidad burbujeante. Se acuclilló a mi lado en la bañera y de nuevo en actitud casi maternal me acarició los cabellos alborotando mi flequillo que se ve que esta vez quedó parado lo que le arrancó una sonrisa y una exclamación.
―Lo siento, pero Pigglet dice que mejor no te contemos la estrategia porque puedes arruinarla con tu descontrol. Lo único que puedo decirte es que diremos que estas un poco bebido más de la cuenta cuando estemos allí. Georgie fue a buscar tu guitarra, él tiene maña, no le va a hacer nada a tu nena. Necesitamos el estuche solamente. Camdem decidió que tu arma fuera un garrote y unas anilleras de metal porque dice que serías como mono con navaja con la bayoneta y las lanzas.
Quería decirle: "Está bien, todo va a salir bien, estoy seguro que Pigglet lo sabe porque yo lo sé y el bastardo me lee la mente. Bastardo" (agregue mentalmente por si estaba escuchando). Pero no pude hacer nada, la piedra me lo impedía. Ella me dio un beso en la coronilla y se fue del baño.
A las dos horas Pigglet apareció por la puerta con ropa en las manos y Camdem en la retaguardia.
―Voy a remover el prisma. Espero que en este tiempo hayas aprendido a contenerte en los movimientos porque sino Camdem y yo te contenemos.
"Maldito ¿Cómo voy a aprender a contenerme si estoy congelado hasta el culo?". Pigglet rió pero no le tradujo a Camdem. Estaba seguro que lo había escuchado claramente.
―Tu ponte de este lado que yo me ubico en el otro y si hace falta lo sostenemos. ― Camdem obedeció y Pigglet introdujo la mano en el hielo de un golpe. Lo atravesó como si fuera una pequeña escarcha en el agua y removió el prisma de la bañadera. El agua volvió a la normalidad y mi cuerpo ya no ardía tanto como antes. Definitivamente no era un fuego sobrenatural. Apoyó el prisma en la pileta del lavabo y me miró seriamente en silencio para luego decir:
―Mucho cuidado con tus movimientos a partir de ahora rubio.
Me di cuenta que tenía la percepción un poco alterada cuando el tiempo entre pensar "Me tengo que poner de pie" y "tengo que golpear a Pigglet por la trampa de la piedra y lo de los pensamientos" fue un parpadeo. Pigglet no pudo evitar que lo golpeara en la mandíbula. Pero al mismo tiempo no pude evitar que Camdem me saltara a los hombros y me aplicara una llave para inmovilizarme con fuerza.
―¡Calmate Rocky o te rompo el culo! ― Pigglet le hizo señas a Camdem que estaba bien.
―Reyerta de enamorado. Ya sabes... Allan no puede vivir sin mi. ― Le dijo entre risas escupiendo un gargajo de sangre negra. Sin embargo Camdem no aflojo su llave.
―Ya vale le calcule mal...my bad― dije disculpándome por la velocidad y la fuerza del golpe.
―A ver si conservas algo de jugo para la noche. Mientras tanto intenta moverte lo menos que puedas o nos delatarás a todos.
