Capítulo 3 - Can whisper tales of gore.

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Seis días antes pensaba que mi mayor problema era encontrar una manera de escapar de los padres de Leah una muchacha random que conocí en el pub mientras mis amigos conocían a un enigmático empresario musical. Ahora que mis brazos extendidos con estos grilletes raros me dejan indefenso ante estos... seres, no sé qué pensar. "¿Acaso estoy en un mal viaje de Éxtasis?" Cierro los ojos con fuerza y con mi boca apretada murmuro algo que suena como "You're just in my head!" Pero una garra me aprieta el rostro y me obliga a mirar. Es alto con ojos como de fuego y manos asquerosamente largas de uñas negras.

―No estamos en tu cabeza, muchachito. Estamos aquí en esta habitación. ― Dijo siseando las palabras como lengua de serpiente.

―¡Déjennos ir! ― Exclama Pigglet y yo pienso. "Si claro porque tu lo dices nos van a dejar salir de esta, somos el plato principal Pigglet, es el final." Como quien dice la ironía no te abandona ni en el punto en el que tu trasero pende de un gancho como en una mala novela de esas con Grey.

―¡Silencio! ― Exclama una voz y al extender su mano, como si fuera una pirotecnia humana Pigglet se comienza a prender fuego. Un fuego rojo como de bengala. Ojalá que nunca tengan que ver algo incendiarse y sobre todo a uno de tus mejores amigos. El olor a carne quemada es nauseabundo creo que empiezo a retorcerme con arcadas vomitando mis tripas como una piñata el sudor resbala por mis sienes, mi espalda... pero todo se vuelve peor cuando Pigglet no muere y las llamas se apagan dejando ver su carne chamuscada. Pienso que su dolor debe ser insoportable de aguantar y en ¿que probabilidades hay de que un humano sobreviva a ser quemado como el maldito hombre antorcha? Pero Pigglet no parece adolorido. En cambio sí parece cabreado. Ahora con asombro veo como la piel de Pigglet vuelve a curarse mágicamente. Otra palabra no hay. Entonces Pigglet en paños menores, pues su ropa se chasmuscó con las llamas exclama:

―Que soy de la casa del Norte y no tienen mas que dejarme ir. Si me matan mi jefe hará alfombras de ustedes malditos Warlocks.

¿Warlocks? ¿Casa del norte? ¿Magia?...

―¡Qué carajos es esta mierda! ― Exclamo furioso, asustado y terriblemente sucio en mi propios fluidos corporales.

―¡Silencio! ― Exclama uno de los seres y mis labios se pegan uno con otro. No puedo abrir la maldita boca. Entonces recurro a retorcerme como una lombriz atrapada pero solo desencadeno un grupo de risas terroríficas. Mis amigos están igual o más aterrorizados que yo ellos pueden gritar pero luego de ver lo que le hicieron a Pigglet no quieren. Pigglet vuelve a exclamar cabreado:

―¡Que no saben las malditas reglas! ¡Si matan a un demonio mis jefes se van a cabrear con ustedes! ¡El pacto es ese! ― En ese momento lo miro y pienso "rebobinen esto para que comprenda mejor" "Did he just said Demon? Wait! What?" Mis amigos están amarrados como yo y entonces veo como uno de estos seres... un Warlock supongo. El líder el tipo de la voz sedosa se comienza a arrancar la cara como si fuera la piel de una víbora. Es realmente asqueroso y detrás de los colgajos de piel asoma un rostro puntiagudo de color verde apagado, con ojos cual llamas rojas.

Probablemente, mañana...  (Allan Woodhouse #1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora