16.

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−Creí que los informes de las últimas misiones ya los habías revisado.−dijo Jace mientras se sentaba frente a él.

− Y lo hice. −dijo Alec sin mucha emoción.

−Pero andas revolviendo papeles. −obvió el rubio.

−No tienen nada que ver con el instituto. −aclaró.

−¿Ah, no? ¿De qué van entonces?− preguntó curioso a lo que el cazador de ojos azules viró los mismos en signo de fastidio.

−¿No tienes nada más que hacer?

−Qué amargado. −se quejó. −Pero, ya. Anda, dime.− insistió.

Alec hizo una mueca −Son expedientes.

−¿De quién o qué? − preguntó frunciendo el ceño.

− De los educadores, encargados, bedeles y demás trabajadores y alumnos de la secundaria a la que iba Simon. −explicó.

Jace ladeó la cabeza sin entender −¿Como para qué lees todo eso?

Alec bufó con hastío −Hago una investigación clara acerca del jodido lugar donde Simón estudiaba, ¿Si?. Quiero asegurarme que haya sido y sea un lugar adecuado para él.

El rubio parpadeó −¿No crees que es algo tarde para cerciorarte de eso? Digo, ya le dijiste a Simon que lo incorporarías allí.

−Ya lo sé. Solo que se me ocurrió hace unas horas que ése lugar podría no ser muy bueno para que Simon termine su educación allí. − dijo distraídamente.

El silencio reinó el despacho por unos segundos hasta que la risa burlona de Jace se abrió campo en el lugar. −Tú no quieres dejar que vaya, eso es todo. Aún así, si no quieres ¿Por qué aceptaste?

Alec de inmediato se sonrojo y empezó a balbucear - B-bueno, yo. Estaba en una situación, y, yo. La verdad-. Es que no-... No pude negarme.

Jace alzó su rubia ceja en son de burla −¿Por qué no?

−Porque Magnus no-...−Alec dejó a medias lo que iba a decir, pues era algo vergonzoso. Aún así Jace entendió perfectamente y se sintió mareado al instante, removiéndose de manera incómoda el rubio carraspea.

−Bien. Hasta ahí íbamos bien.

−Tú eres el chismoso que quería saber más. −soltó quedo en modo defensivo el director.

Jace negó. − Bien, bien. Mi culpa. Peeeero, eso quiere decir que eres muy fácil de persuadir, eh.− se burló, ganándose una mala mirada del contrario.

Alec decidió ignorar a su parabatai y siguió leyendo los expedientes. Poco después se encontró con uno realmente interesante, no supo porqué, pero su mirada de dirigió a Jace y luego al papel, y del papel a Jace. Con el nombre del pequeño Simon repitiéndose en su cabeza sonrió malignamente. Soltó la hoja y le dijo a Jace.

−Largate.

−No estoy molestándote, ¿Para qué quieres que me vaya?− dijo descolocado.

−Sólo lárgate, tu presencia me estresa. − se excusó.

−¿¡Si Magnus ya te dio tu sesión de amor por qué sigues tan amargado!? ¡Por Raziel, tan sólo relajate! −se quejó a la par que salía.

Una vez solo, Alec agarró su teléfono y marcó el número de contacto que estaba en el último expediente que leyó, ése expediente donde encontró cierta información interesante.

−¿Aló?−contestaron del otro lado de la línea y Alec sólo pudo sonreír con cierta malicia antes de hablar.

Dirty Thoughts.Where stories live. Discover now