Capítulo 10.

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Narra Jake

Han pasado ya 5 malditos días desde que dejé ir sola a Lucy a trabajar, estoy en su casa junto a Ana, hemos venido Max y yo a ayudarla a coger las cosas de Lucy, Ana está totalmente destrozada y no puedo negar que yo estoy igual que ella, Ana no para de llorar, es una agonía estar a su lado, porque la poca esperanza que hay se aleja solo de escucharla maldecir y llorar a todas horas. Yo me hago el fuerte, sobre todo si hay alguien a mi alrededor, el único momento, donde dejo a mis lágrimas salir, es por la noche, mientras observo a Lucy en la cama del hospital. Los médicos dicen que es normal que aún no haya despertado y que está en estado grave, pero yo cada noche me impaciento más y día tras día la esperanza de volver a verla sonreír se hace más pequeña en mi interior. Es el sexto día y sigue sin despertar, la miro y veo como su piel pálida se acentúa más, veo como su cuerpo inmóvil no reacciona a mis llamadas, acaricio su mano, pero cada vez reconozco menos el calor que ella siempre ha desprendido, en estos días me he dado cuenta que ella es esencial en mi vida y que la necesito como a nadie en este mundo, pero el medico no me da soluciones, viene cada mañana para decirme lo mismo que la anterior, " Hay que esperar" y estoy cansado de esperar, la necesito ya, necesito que despierte, necesito que esto no se haga permanente y mucho menos que empeore, maldito día en el que la dejé ir sola. Cierro los ojos apoyando mi cabeza en el lado izquierdo de la cama y con mi mano sujetando la suya, cierro los ojos dos minutos cuando me inundan los malditos recuerdos desde hace 6 días.

FLASHBACK

Estoy sentado en la mesa con Max y nos reímos juntos de una de sus historias tontas, pero una llamada capta nuestra atención, miro la pantalla para ver con una sonrisa que es mi encantadora Lucy, antes de cogerlo se lo enseño a Max. _ Dime. Digo alegre. _ ¿Jake? En su voz noto que no es Lucy _ ¿sí?, ¿Ana? Ahora todo se torna en confusión, porqué ella tiene su móvil si se iba a trabajar. _ Lu esta.... Lu... Estoy en el hospital. Dice llorando. Mi mundo se derrumba, no logro hablar pero Max me quita el móvil de las manos. _ Vamos ya, tranquila, ¿Lu está bien? _ No, la han disparado. Me parece escuchar de fondo que la han disparado y miro a Max deseando que lo desmienta, pero todo lo contrario, asiente y cuelga, para después abrazarme, yo le aparto, no le necesito a él, necesito a mi chica, ¿cómo no la llevé?, ¿cómo la he dejado sola?, cómo soy tan miserable, doy asco. No me he dado cuenta de nada pero ya estamos en el coche de camino al hospital, escucho a Max hablar pero no le prestó atención, no sé ni que dice, simplemente quiero llegar y ver como Lucy me sonríe, pero como soy un desgraciado que deja a su chica irse sola, cuando llego solo veo a Ana, Ana desecha en lágrimas que no dejan de salir, viene hacia mí y antes de que diga, ni haga nada hablo yo. _ ¿dónde está? ¿Qué ha pasado? Necesito verla. _ No podemos, están operándola y respecto a lo que ha pasado, él te podrá ayudar. Señala a un hombre que está sentado y se echa a llorar con más fuerza abrazando a mi hermano. No entiendo que tiene que ver este señor con Lucy, pero voy a preguntarle, necesito saber. _ Me podría explicar Le interrumpo. _ Soy Bernardo, mientas iba paseando como todos los días, me he encontrado con dos chicos y con Lucy, he notado que ella estaba nerviosa, algo le pasaba, la he mirado y sus ojos me pedían ayuda en silencio, he seguido hacia delante cruzándome con ellos para comprobar que uno apuntaba a Lucy con una pistola, he llamado a la policía lo antes posible he intentado enfrentarme a ellos, ya estaba a salvo, la pistola me apuntaba a mí, lo tenía claro, solo tenía que entretener un poco a los dos, hasta que la policía llegara, pero los chicos se han empezado a poner nerviosos, no sé cómo ha pasado, todo ha sido muy rápido, solo sé, que ella se ha puesto entre la bala y yo, lo único que recuerdo es ver a los chicos correr y su sangre en el suelo, no puedo creer todo lo que ha pasado, pero de lo que sí estoy seguro, es de que ella me ha salvado la vida, espero que se recupere pronto quiero conocerla, ella es especial. Por la mejilla de Bernardo cae una lágrima y entiendo que este señor solo quería ayudar. _ Se va a poner bien, todo ha sido culpa mía, yo debí llevarla al trabajo. _ No te machaques, aquí los únicos culpables son esos delincuentes, menos mal que ya los tiene la policía, a saber que querían hacer con ella. La idea me revuelve el cuerpo y me voy corriendo al baño. _ ¿Estás bien? Me dice Max que me ha seguido. _ Si solo se me ha revuelto el cuerpo, esto es una agonía.....

TÚ, MI SALVACIÓN .Publicada en físico.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora