1K 127 39
                                    


-No quiero... N-No... -

Un pequeño lobo sollozaba en la esquina de una gran habitación, toda su vida había temido que ese día llegara, y finalmente, allí estaba. No podía parar el tiempo, tarde o temprano habría de llegar.

Ese día tan desagradable en el que tendría que asesinar a sus amigos... o ser asesinado.

Su comunidad siempre ha sido muy agresiva, teniendo costumbres y tradiciones que se basaban en la supervivencia. Desafortunadamente, esto provocaba varias muertes a lo largo del año, siendo la de infantes las más comunes. Un templo no muy amigable, pero que aun así, era bastante visitado.

Sólo unas cuantas horas antes de que los invitados llegaran, antes de que fuese obligado a entrar en una pelea en la que sólo tres pequeños lobos saldrían victoriosos, en donde sólo tres lobos sería considerados "suficientemente aptos" para seguir en el templo al que se veía obligado a llamar hogar.

-... ¿Hola? ¿Alguien necesita ayuda? –

Una gentil voz se escuchó, probablemente atraída por los constantes lamentos, los cuales no eran precisamente discretos. Debido a la distancia de la esquina en la que el lobo se encontraba y la puerta, además de la oscuridad de la habitación siendo iluminada, sólo se podía admirar una silueta algo extraña. Pronto los ojos del animal se enfocaron mejor cuando aquella extraña persona comenzó a acercarse, ahora distinguiendo a un rubio de no más de 14 años, el cual llevaba un uniforme escolar y un par de coletas.

-Wow, eres un lobo de verdad, aunque eres muy pequeño. ¿Por qué llora-...no, espera, creo que ya sé por qué, eres de los lobos que van a pelear entre ellos, ¿cierto? –

Con algo de miedo debido a la presencia del extraño, asintió.

-...No puedo decir que deberías tranquilizarte, en tu lugar estaría cagándome de miedo. – dijo esto con una pequeña risita. -... Aun así, me das un poco de pena. –

Debido a que el pequeño de pelaje morado estaba temblando, el chico acercó un poco su mano para acariciar su cabeza, primero empezando de forma muy lenta, para después acelerar el movimiento, logrando que el cachorro dejara de temblar.

-...Pareces el tipo de lobo que sería el primero en morir, ¿sabes? –

El animal ni siquiera escuchó lo que este le había mencionado, se concentró exclusivamente en la sensación tan agradable que le provocaban las caricias del joven, era cálido, algo distinto, como si algo que le faltara le hubiese sido brindado.

Al verle tan frágil y desvalido, el rubio se vio inundado de lástima, nunca fue el tipo de persona que se compadeciera de otros, pero en aquel pequeño lobo vio una oportunidad de poder avanzar en su sueño, en el cual la única condición para comenzarlo era encontrar a un ayudante, el cual, podría ser él.

-...Oye, realmente no quieres pelear, ¿verdad? – preguntó.

-N-No... - fue la respuesta de Kedamono.

- ... - alejó su mano del lobo para ponerla en su propio mentón, pensando en qué hacer. Pasaron unos cuantos segundos hasta que por fin entró en acción y se quitó la mochila que cargaba en la espalda –Entra. –

El cachorro no captó muy bien la indicación, hasta que el rubio tuvo que hacer las cosas más obvias.

-¿Eres idiota? Te voy a sacar de aquí. –

Tardó un momento en reaccionar, hasta que por fin capto que aquel chico lo iba a ayudar, por lo que sus ojos se iluminaron por completo, haciendo que saltara hacia la mochila como si se tratase de una piscina.

~ Flower crown ~ [Popee the performer]Wo Geschichten leben. Entdecke jetzt