★★★★★

1K 140 40
                                    


Habían pasado unos días desde la última vez que aquel joven había entablado una conversación con su compañero, principalmente porque cada vez que aquel pobre lobo se acercaba, era brutalmente rechazado y tratado con indiferencia.

Popee había pasado bastante tiempo solo, comúnmente en cama, siendo por las noches las únicas veces que salía por un poco de comida, aprovechándose de que su compañía dormía y no le molestaría ni insistiría con ayudarle. Este tiempo le había servido para calmar un poco su rabia hacia el ya mencionado, por lo que su mente se había ocupado con miles de preguntas, preguntas que sería difícil que le fueran contestadas si es que no salía a tener una seria conversación con esa persona.

"¿Por qué...?"

Así comenzaban todas sus cuestiones.

"¿Qué es lo que lo mantiene tan unido a mí?"

-... ¿Popee? –

Una vez más, aquel lobo entraba a la carpa de su amigo, esperando que ese día fuese el día que por fin decidiera dirigirle una respuesta a su voz. Esperó durante unos segundos, observando la espalda del rubio, el cual continuaba recostado en la cama en la que siempre le solía ver desde que ocurrió aquel incidente, pero no obtuvo una sola palabra.

Decepcionado, incluso algo desesperado y ansioso, se dispuso a retirarse una vez más, pero una pregunta lo detuvo a pocos segundos de que su pata saliera del lugar.

-¿Por qué sigues aquí? –

Hubo un silencio durante unos instantes, hasta que la mente del animal reaccionó y se dio cuenta de que su compañero por fin había hablado.

-¿...P-Por qué? Pues porque somos amigos, Popee. – Dijo esto con una sonrisa nerviosa.

-¿Qué es lo que te hace creer que somos amigos? –

No le gustaban esta clase de preguntas, ya que por lo general le causaban algo de nervios y terminaba con la mente en blanco, pero se esforzó por sacar la mejor de las respuestas, necesitaba darle algo de confianza al rubio, realmente necesitaba que este se recuperara y volviera a ser el mismo de antes, aunque sabía que era probable que esto no pasara.

-Siempre me has pedido ayuda con tus trucos, p-pensé que eso significaba que me tenías la suficiente confianza para que no los estropeara, además pensé que me considerabas tu amigo porque estabas dispuesto a compartir una pequeña parte de tu fama conmigo. – Mientras decía esto, su mente se llenó de pequeños fragmentos de recuerdos en donde, según él, se divirtieron haciendo estos trucos de magia algo peligrosos que caracterizaban al chico.

-... ¿Eso...justifica todo lo que te he hecho? –

El lobo lo pensó durante unos segundos, y la verdad es que los violentos actos de Popee sobrepasaban las cosas buenas que habían vivido, pero aun así, había una pequeña cosa que lo mantendría siempre atado a él, algo que había jurado hace tiempo.

-...No lo justifica, pero prefiero eso que continuar en ese templo. -

★★★★★


Sólo vengo a decir que aunque ya no siga en el fandom de Popee, seguiré actualizando este fanfic, lamento que este capítulo haya sido tan corto.

~ Flower crown ~ [Popee the performer]Where stories live. Discover now