Capítulo 16

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LIAM PDV (punto de vista de Liam)

La mina de los lápices raspando las hojas cuadriculadas de los cuadernos.

Algún neurótico oprimiendo el extremo del bolígrafo, hundiendo la pieza de plástico para darle paso a la punta y a la vez, a una velocidad supersónica, volviéndola a esconder.

El zapateo ya profesional de una de las alumnas de atrás, igual de impaciente que muchos de nosotros por que terminara la clase.

Y cómo no olvidar el maravilloso sonido de las agujas del reloj moviéndose con una lentitud irritante.

Tic, tac.

Tic, tac.

Tic, tac.               

Ugh.

La voz superpuesta de la profesora explicaba yo que sé qué de una guerra de no sé dónde, asunto al que dejé de atender al ver que habían pasado más de veinte minutos que le había enviado el mensaje a Louis, preguntándole por Harry, y él todavía no se había dignado a responder.

Tragué saliva a la vez que miraba el reloj con disimulo por decimocuarta vez en menos de diez minutos. De acuerdo que Louis se había ido, pero eso no respondía mis dudas sobre el paradero del misterioso rizado.

Volví a echarle un vistazo a la pantalla de mi móvil por debajo de la mesa; no había nada nuevo.

Resoplé con impaciencia, guardándome de nuevo el aparato en el bolsillo. Levanté la vista para mirar lo que hacía la profesora; apuntaba garabatos varios en la pizarra con una tiza ya bastante gastada, tratando de captar la atención de la clase.

Necesitaba llamar a Louis inmediatamente.

-¡Profe! –alcé el brazo en busca de su atención.

La mujer se volteó hacia mí y entonces traté de aparentar algún tipo de enfermedad lo suficientemente grave como para permitirme salir fuera por unos minutos.

-Payne, ¿tienes alguna pregunta?

-Sí… –murmuré- digo, no. Es decir, no me encuentro bien. ¿Puedo salir a tomar el aire? Me estoy mareando.

Pequeños murmullos se dejaron oír a mis espaldas, pero decidí ignorarlos.

Tras un leve asentimiento de cabeza me dejó marchar.

En aquellos instantes agradecí mi cara de niño bueno por haberme ayudado a escaquearme por billonésima vez de una situación comprometida.

Tras guardarlo todo en mi mochila a una velocidad inhumana di un salto olímpico desde la silla y logré salir corriendo, asegurándome de llevármelo todo conmigo. Una vez hube cerrado la puerta detrás de mí saqué el móvil del bolsillo con la intención de llamar a mi amigo, en busca de alguna respuesta.

-Payne.

Mi duda fue resulta al instante.

Mi pulso se aceleró al instante en cuanto una sombra se entrometió en mi campo de visión, la profunda voz de Styles sonando a pocos metros de mí.

Alcé la cabeza lentamente, encontrándome con unos ojos color esmeralda atravesándome vivo.

-¿Dónde está Louis? –fue lo único que se me ocurrió decir.

Sus labios se curvaron en una mueca de desagrado, mientras que su mirada se mantenía inmóvil, clavada en la mía. Luego pareció ver el teléfono de entre mis manos.

Black SnowflakeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora