Así que trató de responder en un tono neutral, él realmente lo hizo, pero la forma en que estaban recostados, era de repente cualquier cosa menos que inocente: la piel desnuda de Blaine caliente y tan cerca, y el aliento de Kurt se agitó un poco.

— Antes sí, mucho. Aunque lamentablemente ya no desde hace años.

— ¿Por qué? —Blaine se acurrucó más cerca en el hueco de su cuello, su aliento haciéndole cosquillas al preguntar sobre la piel sensible.

— Porque es algo que nunca podría hacer a menos que confiara totalmente en la otra persona. Y la confianza está como que fuera de la ecuación cuando sólo tienes relaciones sexuales ocasionales con extraños.

Esperó por la inevitable pregunta: que no habérselo mencionado el verano pasado, decía acerca de su confianza en Blaine. Pero no llegó. En lugar de ello, Blaine dijo suavemente, después de una pausa.

— ¿Kurt? —Y cuando Kurt murmuró en respuesta,— ¿Puedo dedearte?

-8-8-8-8-8-

Blaine ya había hecho esto -a sí mismo, pero aún así- cientos de veces, así que estaba casi preparado para la estrechez y el calor, y la forma en que las paredes de Kurt se contraían alrededor de sus dedos. Pero no estaba preparado para la rapidez y la perfección con la que Kurt se abría para él, pidiendo por un tercer dedo con un gemido entrecortado a minutos de haber empezado; o cuán increíblemente deshecho se veía y sonaba.

Tener a Kurt fuera de control, en un lío de balbuceos, no era exactamente nuevo, aunque Blaine estaba seguro que nunca llegaría a él en un nivel tan celular. Pero esto era más -esto era tener a su mucho más experimentado novio mayor moviéndose incontrolablemente en las sábanas, arqueándose, sudoroso y ruborizado, con sólo el lento y controlado movimiento de los dedos de Blaine. Esto era tener a Kurt gritando el nombre de Blaine como un conjuro, y rogando como nunca antes lo había escuchado. Era embriagador. Y muy, pero muy ardiente.

— Dios, Blaine, Ne... necesito más, necesito... Cógeme por favor, Bee, porfavorporfavorporfavor...

Con una confianza que era nueva y emocionante, Blaine movió rápida y ligeramente su mano libre a lo largo del miembro chorreante de Kurt, provocando un gemido mientras Kurt se empujaba fuertemente contra sus dedos.

— Dime lo que quieres.

— A tí, dentro de mí. Quiero... cabalgarte ohDiossíahí... —los dedos de Blaine temblaron ante la imagen mental, rozando de manera correcta, aparentemente, y luego los retiró. Kurt gimió ante la pérdida, pero Blaine ya estaba lejos, llegando al cajón de la mesita de noche donde sabía que había condones.

El cerebro de Kurt lo entendió cuando Blaine abrió el paquetito.

¿Me deseas? ¿En serio?

Su voz era alta y tan entrecortada, sus ojos muy abiertos. Blaine consiguió ponerse el condón, gimiendo mientras se acariciaba a sí mismo con manos ligeramente temblorosas.

Dios, sí.

La velocidad con que Kurt lo empujó hasta dejarlo sobre su espalda para colocarse a horcajadas sobre él, presionándolo contra el colchón mientras lo besaba fervientemente, derritió cualquier ansiedad que Blaine pudo haber sentido. Y luego Kurt estaba de rodillas, chorreando lubricante de una botellita sobre todo el miembro de Blaine con un gemido impaciente antes de posicionarse él mismo y...

Hundirse. En un movimiento lento y continuo, con los ojos cerrados y los labios abiertos de placer; un sonido bajo y crudo vibrando a través de él. Estaba jadeando suavemente cuando tocó fondo e hizo una pausa; lucía tan extasiado y hambriento por ello, con sus pupilas completamente dilatadas y con manchas rojas en lo alto de sus mejillas, que Blaine tuvo que morderse el labio, fuerte, para no venirse ante esa vista.

It's Not BabysittingWhere stories live. Discover now