Capítulo 20

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4 meses después

Estar de vuelta en la casa de su infancia, en la que se había sentido como un fracasado tantas veces y de donde había escapado tan pronto como pudo, no fue una tarea fácil. Cooper consideró más de una vez anular el billete, llamar a Blaine para decirle que tenía que estar en otro lugar para la Navidad, que no podía hacerlo, después de todo. Pero la idea de la decepción en esos enormes ojos lo detuvo todo el tiempo.

Eso, y la voz de Blaine.

Cooper había hecho su misión no perder a Bee otra vez, mantener y fortalecer su relación a pesar de la distancia. Desde el regreso de su hermano a Ohio en Agosto, habían estado hablando por lo menos dos veces a la semana, todas las semanas. Y lo que escuchaba en la voz de Blaine le preocupaba.

O tal vez era lo que no había oído. La chispa de costumbre, cualquier emoción, la vida, se había ido de la voz de su hermanito. Bee siempre sonaba tranquilo y sereno, y eso era todo. La única vez que Cooper había conseguido despertar algo más en él, fue cuando le había mencionado a Kurt una vez, en Septiembre.

La voz de Blaine se había vuelto brusca entonces, fuerte.

No. —Pero había sido sólo un segundo; al instante siguiente se había aclarado la garganta y regresado a su usual (nada usual para él) tono monótono.— Lo siento. Por favor no. No quiero noticias acerca de él.

Terminó la frase con poco más que un susurro, y Cooper no había dicho nada relacionado con Kurt desde entonces.

Al principió pensó que simplemente era una fase, una reacción a la ruptura. Pero cuando Noviembre se convirtió en Diciembre y todo lo que había escuchado acerca de la vida de Blaine eran combinaciones de "Estoy bien, la escuela va genial, las dificultades con mi padre como siempre, he enviado mis solicitudes a diversas universidades, sí, estoy seguro que estoy bien," Cooper ya no podía justificar estar tan lejos sin hacer nada. Quería darle una sacudida al niño y hacerlo escupir lo que estaba sucediendo.

Así que, aquí estaba, de vuelta en casa en una tarde en la víspera de Navidad, y era impresionante cuán pequeño y poco intimidante se sentía este lugar. Cierto, había cambiado mucho con los años desde la última vez que había estado aquí. Se había convertido en su propia persona, y no gracias a la familia. Incluso su padre con su postura erguida y su rostro estricto ya no le provocaba el mismo tipo de respeto basado en el miedo que Cooper siempre había asociado con él. Aunque, ¿había sido respeto si había nacido del miedo?

Honestamente, era liberador.

Además, el hecho de que ya no se sentía como un niño en el minuto en que cruzó el umbral, significaba que podía enfocarse en el por qué -o en el por quién- de su visita. Y estaba feliz de haberlo hecho porque realmente no le gustó lo que vio.

No era que Blaine hubiera cambiado mucho. Okay, quizás se había vuelto más fuerte, ahora sus hombros eran más anchos y sus brazos más musculosos. Si Cooper pudiera adivinar, diría que Bee había estado boxeando mucho desde que había regresado. Su cabello estaba peinado hacia atrás con una mayor cantidad del maldito gel, luciendo completamente recto y perfectamente controlado.

Ahora que lo pensaba, todo en su hermano parecía controlado, Cooper se dio cuenta. Su voz, sus movimientos, su sonrisa completamente falsa. Le costó a Cooper varias horas e innumerables intentos para finalmente hacer reír a Blaine -pero realmente reír para que un poco de la chispa regresara a sus ojos- y se preguntó cuántos chistes amables más y cuánta charla se necesitaría para que la armadura se agrietara lo suficiente para que Blaine le dijera realmente cómo estaba.

It's Not BabysittingWhere stories live. Discover now