Capítulo 23

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Andreas

Me iba a volver loco. “Tienes que entrenarte” ¿Qué me importaba entrenarme? No sé por qué pero solo podía pensar en Aure. Pensaba en ella mientras comía, cuando entrenaba y sobre todo cuando escribía. Casi todos mis poemas, o todos mejor dicho eran de ella o tenían que ver con ella, de que me sentía atrapado, de que quería verla y del hecho en sí que solo podía pensar en ella.

 Después del desayuno caminé en silencio con Michael a la práctica de espada. Percy nos mostró la maniobra de desarme e intentamos hacerla hasta el almuerzo.

-Oye… ¿Qué pasa? –Alex me cogió del brazo.

-¿A mí? Nada –mentí e intenté hacer una sonrisa.

-No te creo –me dijo seria.

No respondí y caminamos juntos, ella aún apoyada en mi brazo. De pronto se detuvo.

-Enserio quiero ayudarte, pero si no me cuentas, no pudo –me miró preocupada.

-Yo… -dudé unos instantes –es que…

-¡Andreas! –Grover llegó gritando como loco.

-¡Grover! –exclamé alegre de tener una buena escusa para no contestarle a Alex.

-¡Tienes que venir! –me sacudió -¡Au… -se calló y miró a Alex soltando una risita nerviosa.

Ella levantó las cejas y cruzó los brazos.

-¿Decías Grover?

Au… ¿Aure ya estaba bien? ¿Aure se estaba muriendo? ¿Aure qué? Un lado de mí tenía miedo pero por el otro lado me alegraba la posibilidad de que ella ya estuviera mejor.

-Au… -dijo Alex –continúa.

-¿Au? Dije Al –intentó arreglarla Grover –me interrumpí porque creí que los había interrumpido –sonó algo convincente.

-No interrumpiste nada –le aseguré.

-Bueno, alguna tía tuya está enferma –dijo Grover –Quirón me ha mandado a preguntarte si quieres ir a verla.

-¿Tía? ¿Cuál tía? ¿Mi tía Verónica? –pregunté extrañado.

Vivía con ella desde la muerte de mi mamá y Quirón había ido a explicarle que me habían admitido en un “colegio” especial. ¿Estaría enferma? Me apené, en parte porque esperaba saber de Aure.

-No me explicó mucho –replicó Grover -¿Vas?

-¿Puedo ir ahorita?

-Sí –dijo Alex relajando los brazos.

Grover y yo la miramos extrañados.

-¿Qué? –respondió como defendiéndose –mi mamá enfermó hace unos años y me dejaron ir hasta que ella mejoró ¿Por eso estabas así? ¿Tenías un presentimiento?

Asentí y ella murmuró mientras se alejaba algo como: profecía y oráculo.

-¿Vamos? –insistió Grover y lo seguí.

Aure

Al despertar vi que me habían movido. Ahora estaba echada a la sombra de algún árbol. No había nadie y me preocupé. Empecé a sentir un miedo horrible por estar sola.

-¿Rosana? ¡Rosana! –la llamé y en pocos segundos llegó.

-Ya despertaste. Estábamos curando tu árbol –demoró unos segundos antes de añadir –parece estar funcionando.

-Disculpa pero… ¿no tendrás comida? –me acababa de dar cuenta del hambre que tenía.

-Claro, perdona por no ofrecerte ¿Sopa estará bien?

Asentí y comenzó a prepararla. Al poco rato me alcanzó un plato sopero y lo llenó. Tenía mucha hambre y me tomé la sopa al instante.

-Gracias –susurré cuando acabé.

Rosana sonrió y se dedicó a revisarme las heridas.

-¿De dónde sacaste la sopa? –me extrañé.

-Quirón me advirtió que necesitarías comida y conseguí sopa ¿Podrás pararte?

-No lo sé… supongo –respondí intentando calcular mis fuerzas.

-Tal vez tengas visitas –dijo distraídamente –y creo que preferirás usar tu vestido.

-¿Visitas? ¿Quién va a venir?

Por un momento me ilusioné pensando en que sería Andreas, pero al instante recordé que Quirón no lo dejaba venir.

-Cámbiate –me indicó Rosana alcanzándome mi vestido.

Ella había preparado un cambiador con barras para que me pudiera sujetar. Cuando me cambié me ayudó a sentarme en la cama. Se oyeron unos pasos. Rosana sonrió, me besó en la frente y fue al encuentro de las visitas. Ahora podía estar segura de que eran dos personas y caminaban deprisa. Rosana se metió entre los árboles y la perdí de vista. Me extrañé al darme cuenta de que venía solo una persona y que estaba prácticamente corriendo. Intenté reconocer las pisadas pero me era imposible.

-¡Aure! –exclamó al verme y corrió a abrazarme.

- Andreas –murmuré agradecida de que estuviera ahí y sintiendo que me faltaba la voz de la emoción.

Sonreímos. Tomó mi cara entre sus manos.

-No sabes cuánto me alegro de verte y de que estés bien –dijo claramente aliviado.

Entonces me besó.

WIIIIII nuevooo cap!!!!! (y la loca que se emociona soy yo)

Se la esperaban??? que les pareció? Plis si les gustó dejen una estrellitaaa :) y si comentan mejor jajaja pero bueno.... enserio mil gracias por leer Aure (tiene más de mil leídos, casi me desmayo cuando vi eso) y por todoo

perdonen la demora para subir este capítulo

AureDonde viven las historias. Descúbrelo ahora