Capítulo 9

282 19 0
                                    

Aure

Justo cuando creí que estábamos perdidos llegó el sátiro. Golpeó con algo a los monstruos por detrás y se giró hacia mí aprovechando su momentáneo desmayo

-¿Es este? –preguntó señalando a Andreas.

Asentí.

-Apúrense –les dije –yo intentaré detenerlos.

-No –replicó Andreas decidido –Aure, ven con nosotros… espera… ¿por qué tengo que ir con este? ¡Tiene patas de animal! –gritó al darse cuenta.

-Son de cabra –especificó el sátiro -¿nos vamos?

-Sí –asintió para mi sorpresa Andreas –supongo que después de eso –señaló a los monstruos aún en el suelo –puedo confiar en ti.

El sátiro comenzó a avanzar y Andreas lo siguió hasta notar que yo no lo hacía. Retrecedió y me tomó de la mano.

-Aure, vamos.

-No puedo.

-¡Vamos! –me jaló y sentí como algo tiraba de mí con fuerza.

Estaba muy lejos de mi árbol.

-Ve –susurré.

-No sin ti.

-Andreas, no puedo ir.

Se sentó a mi lado. Los monstruos se sacudieron ligeramente como empezando a despertarse. El sátiro comenzó a ponerse nervioso pero Andreas no se movió ni un centímetro.

-Por favor –le rogué –ve.

-No.

-Andreas… -supliqué.

Las lágrimas asomaron a mis ojos y comenzaron a caer. Al verme se paró de un salto y dudó.

-Yo no me muevo de aquí sin ti –me aseguró.

-Soy una dríade. No me puedo alejar de… -se me cortó la voz –vete por favor.

Me abrazó y me secó las lágrimas.

-No sé cómo ni cuándo, pero volveré por ti –me juró y corriendo junto al sátiro se fue.

Me esfumé poco antes de que los monstruos empezaran a pararse.

AureDonde viven las historias. Descúbrelo ahora