¿Eres adivino o que?

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Resoplo.

Eso era todo lo que hacía últimamente al mirarlo, y en realidad ni siquiera sabía el porqué, era algo bastante extraño, ya que a su parecer nada había cambiado.

El gremio seguía siendo el más desordenado, ruidoso y alocado que había sido siempre. Con Gray y Natsu peleando, por un lado, con el gato azul sobrevolandolos, Erza comiendo un rico pastel de fresa en la barra con Miraje y Wendy, Gajeel charlando tranquilamente con Levy y Lily, Lucy, Cana y Juvia hablando en otra mesa...

Bueno eso si era nuevo, pero era comprensible, ya que la maga de agua y el alquimista de hielo habían roto hace poco.

Pero lo demás era normal, con los típicos borrachos bebiendo en una mesa, algunos en la tabla de misiones, con Azuka molestando a Charle, y finalmente Laxus rodeado de sus fieles seguidores, allí residía el problema, su problema.

Pero él no había cambiado en nada, entonces ¿Como es que ahora algo era diferente?

Seguía teniendo su típico cabello color verde jade, sus ojos serios, su elegante atuendo rojo y su inseparable devoción al Slayers del rayo.

No. No era nada diferente, y ella mucho menos seguía siendo la misma de siempre, la que nunca cambiaba, la modesta y monótona Lisanna.

¿Que era lo que cambio?

No lo entendía, últimamente cada vez que lo veía o mencionaban su nombre algo era diferente.

Se ponía roja sin desearlo, y cada vez que hablaban su corazón se aceleraba tan fuerte que incluso a veces juraba que él escucharía sus latidos.

Resoplo por enésima vez ese día, no lo entendía, hasta hace poco ni siquiera se molestaba en verlo a él directamente. Solo veía a Natsu el chico que le gustaba, pero desde que él y Lucy se volvieron pareja había dejado de ser eso, ahora era el novio de su amiga.

Quizás fue eso, al ya no tener a quien ver su cerebro reacciono al más llamativo y él con ese cabello era perfecto.

Sí, era eso, porque no podía ser algo más ¿Verdad?

— ¿Lisanna?

Tenía que ser, justo cuando pensaba en eso mismo el tenía que venir a la barra donde precisamente se encontraba únicamente ella, bueno después de todo ya todos se habían ido al ser tarde y justamente tenían que quedarse solos, perfecto.

— ¿Necesitas algo Fred?

— Te vez perdida desde hace días —

— hmp es tu culpa —

— ¿mía?

— si tuya, ahora fuera que no logro pensar —

— podrías hablar conmigo, sin importar lo que sea —

— Algo me molesta, desde hace días que te veo y se me acelera el corazón — era mejor hablar con él después de todo él era el causante de su problema y no le veía nada malo en que le ayudara. O eso creyó hasta que Fred río ligeramente mientras se destensaba.

— eso es sencillo, quizás solo empecé a gustarte eso es todo — contestó como si nada mientras empezaba a alejarse, ella parpadeó un par de veces para después nada más sonreír.

— Ah... Era eso, creo que ahora entiendo — contestó sacando un buen suspiro de alivio hasta que reflexionó bien sus palabras.

A ella ... ¿Le gustaba él?

Se sonrojo inmediatamente mientras sentía sus orejas arder, no podía ser, a ella le gustaba otro hace tan nada más un mes ¿desde cuando le gustaba Fred? Él debía estar loco, pero cuando lo miro nuevamente comprendió que él no mentía.

— ¿No te molesta?-

— Realmente no, no es como si fuera a dejarte de hablar por eso — contestó él simplemente para luego mirarla — ya regresa Miraje- san, nos vemos

— ¿EH? Si, nos vemos — ¿Que más podía decir en tan bochornosa situación? Ni idea, pero de cierta manera agradeció la buena manera en que lo había tomado.
No en realidad no, se venía enterando de que le gustaba, y no solamente eso el mismo se lo dedujo, además le añadía el que él ni siquiera le había respondido fue entonces que ya no solo sus orejas sino que también sus mejillas ardieron y sintió sus manos sudar, se había puesto nerviosa lo bueno es que él ya estaba lo suficientemente lejos y de espaldas a ella como para no notarlo.

— Tranquila — Dijo de repente el Justine para después salir del gremio finalmente sacándole una expresión de sorpresa.

— ¿Eres adivino o que? —

— ¿Disculpa? — Mira entro con varias bolsas, debía dejar todo listo para el día siguiente, pero le extraño ver a su hermanita sonrojada y sacada de onda.

— ¡NADA! — Contestó rápidamente para volver a lo que hacía, ahora estaba molesta, resoplo de nuevo, ahora se daba cuenta de que para colmo de todo Fred ni siquiera le había dicho si ella le gustaba o no.

Bueno no se había declarado en el sentido de la palabra, entonces...

¿Esperaba que lo hiciera?

— ¿Sucede algo? — Mira miro con preocupación a la albina menor quien acababa de azotar su frente contra la barra.

Mientras Lisanna solo maldecía en voz baja dándose cuenta de que otra vez no dormiría pensando ahora en un nuevo dilema.

Porque en definitiva no entendía que problema tenía con Fred Justine.

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