14. Necesitan a sus dueños

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Uno, dos, tres y cuatro meses hicieron falta para que Baekhyun tocara a la puerta de Chanyeol. El alto se puso de pie, su cabeza dolía más de lo normal y su cuerpo estaba pesado. A pesar de la somnolencia en la que se encontraba logró esquivar la basura que bañaba su departamento cual adolescente que no obedece a su madre y abrió la puerta.

Un Baekhyun sollozante se lanzó a sus brazos, hundiendo su rostro en el pecho del alto quien solo pudo asustarse y sorprenderse por la repentina aparición. En todo ese tiempo no había sabido nada de Baekhyun más que la preocupación de su amigo Jongin por el crecimiento de este. Todos se encontraban en la mayoría de edad menos él, al parecer podría haberse estancado allí como ocurría en pocos casos y eso era algo preocupante ya que Baekhyun se vería limitado en varios aspectos de su vida adulta.

Entre confundido y preocupado por aquella situación decidió ignorar el hecho de haberle dicho explícitamente que no volviera aquel día donde el hibrido dejó su hogar. Sinceramente tenía la esperanza de que no lo hiciera, pero al oír la puerta cerrarse todo se derrumbó en aquella casa. Sus días ya no estaban adornados de la sonrisa del pequeño osito y se mantuvo haciendo el desayuno de este inconsciente por varios días, maldiciéndose por lo estúpido que había sido. Había comenzado algo con Jennie, se podía decir que estaba próxima a convertirse en su pareja y esta le recriminaba todo el tiempo que dejara de lado los pensamientos de su "mascota" como ella le llamaba, que estaba arruinando su vida y que parecía un patético adolescente deprimido. Baekhyun no iba a volver y con el pasar de los meses aquella idea se fue afirmando en su mente. Pero ahora estaba frente a él, esas dos pequeñas orejitas blancas que sobresalían de un ahora rojo cabello le aseguraban que su hibrido estaba junto a él, haciéndolo recordar que este lloraba y reaccionó en el acto.

—Baekhyun, ¿Por qué lloras? ¿Qué sucede? —El nombrado se mantuvo en silencio sin desear moverse a pesar de que el llanto se había detenido. — Necesito que me expliques que pasa, por favor.

Su hibrido levantó la mirada, revelando una mejilla con tonalidades rojizas y la esquina de su labio inferior roto con algo de sangre en este. Algo dentro de él se encendió, la furia lo invadió y solo atino a desesperarse y acariciar con demasiado cuidado la mejilla herida.

—¿Quién te hizo esto? ¿Quién fue el maldito que te hizo daño?

Baekhyun soltó un profundo suspiro, sintiéndose algo cohibido por el tono algo subido de su ex dueño quien notó aquello, cerrando la puerta y tomando la mano de este para llevarlo con él a la cocina. Preparó una leche chocolatada para el chico y tomó un paquete de galletas de chocolate para entregárselas al chico quien empezó a comer a pesar de la herida en su boca.

—Ahora sí, ¿Quién te hizo eso?

—Fue Kasper. Él... Íbamos a acostarnos, aunque aún me encontraba un poco resistente a ello, pero aun así accedí. Mientras me estaba acariciando yo hice algo que no debía, se enfureció y me golpeó, me sacó de la casa entre gritos y lanzó mis cosas a la calle, pero no las tomé, solo quería venir aquí y encontrarte. —los ojos de este comenzaron a empañarse y Chanyeol se acercó a su lado, rodeándolo con sus brazos para intentar relajarlo, pero las lágrimas comenzaron a caer y los sollozos del chico se hicieron mas fuertes. — Lamento haberme ido, lo siento. Quise volver, pero me dijiste que nunca más te buscara y al final terminé haciéndolo porque aquí estoy.

—No hay razón para que él te golpee, ninguna es válida sin importar lo que hayas hecho no tiene el derecho de hacerte esto. No vas a volver a ese lugar, no vas a volver a verlo, ¿me escuchaste? Te quedaras aquí, volverás a vivir conmigo y si es necesario nos iremos de la ciudad para que ya no lo veas más ni te haga daño.

—Pero tú tienes tu vida aquí, Yeol, un trabajo, estudios aparte y hasta una novia. —Baekhyun suspiró, bajando la mirada mientras jugaba con la galleta entre sus manos. — Jongin me contó de eso sin darse cuenta.

—No me importa todo lo que tenga, tú eres más importante y voy a cuidarte con mi vida, ¿sí? —el alto dejó un beso sobre la frente del chico antes de ponerse de pie nuevamente y hablar. — Ve a darte una ducha así puedo curarte el labio y mirar el feo moretón que tienes en la mejilla. Bienvenido a casa de nuevo, copito.

Guía para cuidar a tu Osito Polar ↪ ChanBaekDonde viven las historias. Descúbrelo ahora