39. Complicaciones

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— Eso mismo, una boda, ¿En qué cabeza cabe?

— ¿Qué le has dicho tú?

— Que no, que está loco. No pienso casarme con esa mujer ni con ninguna otra que se les antoje. Tampoco pueden obligarme, esto es cómico.

Jinyoung intentó soltar una seca carcajada, forzando una sonrisa que resultaba más parecida a una mueca consternada y sin gracia.

— Está loco, no puedo más con esto. Incluso, están alistando una cena para anunciarlo, ¿Quieren volverme loco también? No pienso permitírselos.

Hizo el esfuerzo de suavizarse y resultar más despreocupado, aunque la ansiedad replicaba en su cabeza, apretándosela. Reguló el ritmo de su respiración y se agarró fuertemente la nuca, mientras Daehwi lo observaba.

— Ya no te preocupes más, no me gusta verte así, Baejin.

Daehwi suspiró un par de veces, intentando verse completamente seguro y animado. No podía dejar que la preocupación ni el miedo se apoderasen de él, porque eso solo lograría inquietar más a Jinyoung. Además, él estaba seguro que todo terminaría por solucionarse. Se ubicó detrás de él y colocó sus manos sobre sus hombros, haciendo movimientos largos y ligeros sobre estos mismos.

— ¿Qué haces?

— Masajes, así te relajas un poco y te olvidas de todo lo malo – susurró con una sonrisa, descansando su dedo pulgar e índice sobre la tensa piel de su hombro, presionando y juntando poco a poco ambos dedos.

Jinyoung exhaló, sintiendo cómo una de sus manos se ubicaba en su espalda y la otra encima se colocaba encima de esta, haciendo pequeños círculos y subiendo lentamente por la espalda y bajando de nuevo, prensando su columna.

— He intentado hablarle de todos modos y aun así, insiste con lo mismo.

— Pero lo comprenderá, créeme que lo hará. Es tu padre y te quiere y aunque ahora esté equivocado, terminará por entenderlo. No puede casarte con alguien que no quieres...

— Me importa un bledo si lo comprende o no, no pienso seguirle el juego.

Sus dedos se cerraron y sus nudillos hicieron contacto con su espalda, deslizándose hacia arriba hasta llegar a sus hombros, relajándolos. Él siempre alcanzaba ese efecto en él; ese efecto que lo calmaba y le hacía olvidar todo.

Era su antídoto favorito.

— Ah, diablos, esto me gusta – sofocó su respiración, juntando los dientes y cerrando un tanto los ojos — Más si es con tus manos.

— ¿Quieres que te haga un té de limón? Espera un minuto y te lo traigo.

Lo vio salir con una luminosa sonrisa y lo sujetó del brazo, levantándose.

— Daehwi.

— Dime – se volvió y sus ojos relucientes lo miraron.

— No sé por qué se me ha antojado meterme contigo allá al agua, ¿Qué dices?

Elevó sus cejas y dio algunos pasos hacia él con una sonrisa traviesa dibujada en su boca, mientras este retrocedía, carcajeándose con el rostro sobresaltado. Quiso sostenerle, pero Daehwi se libró de sus brazos, ahogándose en risas y cuando vio que volvía a intentar atraparlo, salió corriendo hacia la cocina.

— ¡No, Jinyoung!

Subió las escaleras corriendo a todo pulmón, al mismo tiempo que Jinyoung lo seguía y no tardaba en atraparlo, tirando de su antebrazo para envolver su espalda en sus brazos y empujarlo un poco hacia la puerta de su habitación.

Inocencia Pasional || JinHwiOnde histórias criam vida. Descubra agora