28. Tarde (2/2)

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Daehwi hizo un sonido ahogado con la garganta y se alejó rápidamente de su cuerpo, moviendo sus ojos hacia los suyos en señal de desesperación. Su corazón se había detenido por un segundo y ahora estaba dando millones de vueltas alrededor, presionándole el pecho y quitándole todo el color a su rostro. Jinyoung desvió la mirada, rebuscando unas llaves en su bolsillo y entregándoselas con un intento de calma e indiferencia.

— Anda abriendo el auto, Daehwi.

Vio que el muchacho asintió, hizo una reverencia y salió corriendo, perdiéndose entre el montón de gente, y finalmente se volvió hacia el pelinegro que continuaba desconcertado. El rostro de Seongwu pasó por una especie de diez expresiones distintas antes de que abriera los labios.

— ¿Qué te pasa?

El mayor colocó un semblante inexpresivo y se pasó la mano por la nuca, contrayendo la frente.

— Venía a comprar cosas... Él trabaja en mi casa, ya lo has visto antes, por eso vino conmigo. Necesitaba quién me cargara las bolsas y las pusiera en el auto.

— Estaban de la mano...

— ¿De qué hablas? – Jinyoung elevó una ceja, sin dejar de mirarlo.

— Cuando llegué, estaban tomados de la mano.

— Claro que no, deja de decir estupideces, Ong.

Seongwu dejó caer la mandíbula con exageración, aún sin poder creérselo. Se exaltó un poco, dándole una palmada en el hombro.

— ¿No te has dado cuenta? ¡Te estaba tomando de la mano, loco! Estaba agarradito de tu mano y con la cabeza recostada en tu hombro, todo acarameladito. ¿Cómo puedes dejar que haga eso?

— ¿Te has fumado o algo anda mal en tu cabeza? No estábamos de esa forma.

— No me digas que...

Jinyoung sintió que una corriente sacudía sus huesos y su cabeza.

— ¿Qué? ¿Qué no te diga qué?

El bailarín se quedó sin decir nada un buen rato, sin quitar sus ojos de él.

— En realidad-

Antes de que pudiera terminar de hablar. Seongwu soltó sus bolsas y estalló en carcajadas, sus músculos se suavizaron mientras sus ojos se empequeñecian a causa de la risa

— ¡Tu empleadito está flechado por ti! –  rió aún más fuerte mientras le daba un par de golpes en el hombro — No puedo creerlo, Jinyoung, ¡Tu empleado está tocado por ti!

— Oh, mierda.

Oh, mierda, de verdad.

El aire le volvió a los pulmones y su sangre empezó a circular por sus venas con normalidad otra vez, recobrando cada parte de su cuerpo. Sí que era estúpido; a pesar de que era bastante mas ágil que él, su cerebro no iba tan rápido como sus piernas.

— Pues qué lástima, ¿No puedo hacer nada, no?

— No, solo no te le pegues mucho o la gente va a pensar otra cosa – recogió las bolsas del suelo, viéndole con ironía — Wow, Bae Jinyoung, no puedo creer que estés tan bueno que hasta los hombres caen. Mejor me cuido, no me vaya a terminar enamorando de ti.

Se siguió carcajeando a sus anchas, sacudiendo sus hombros anchos, mientras se colocaba unas gafas negras y mostraba su fila de blancos dientes.

— Casi me había dado infarto. Pensé un montón de locuras, pero mejor no te las digo o me colgarás – echó un vistazo a su reloj y se arregló la chaqueta — Es tarde, me quito, tengo que ir a comprar unas cosas y luego irme a entrenar en dos horas. ¿No vienes mi competencia? Vamos, Jinyoung, no seas así, tú sabes que es importante. Puedes traer a tu nuevo fanático si quieres, mientras más gente, mejor. Quién sabe y termina uniéndose al grupo de bailarinas.

Inocencia Pasional || JinHwiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora