16. Fuego

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Jinyoung enarcó una ceja con una media sonrisa, mientras observaba cómo Daehwi se quedaba paralizado y su menudo cuerpo retemblaba sin respuesta. Cerró sus dedos en puños nuevamente y descendió la cabeza lo más que pudo, con el rostro ardiéndole más que nunca y sus ojos cerrados con adorable fuerza.

— ¿Qu-qué? — su voz salió entrecortada y su cuerpo se encogió un poco.

Oh, demonios, verlo de esa manera lo estaba poniendo más caliente todavía.

Jinyoung cerró sus brazos alrededor de su delgada cintura y sus labios volvieron hacia su oído, lamiendo la extensión con deseo y ansiedad, mientras el muchacho suspiraba de nuevo.

— Solo estaba bromeando, precioso – susurró, dándole un rápido mordisco al lóbulo de su oreja — Eso lo puedo hacer yo solo.

Notó cómo el menor se sacudía de pies a cabeza para luego lanzarse a tomar sus delicados labios con brusquedad, sintiendo que su lengua se apoderaba rápidamente de toda su dulce y caliente cavidad, mientras una de sus manos le elevaba la barbilla y la otra se encargaba de acariciar su cintura con brusquedad. Daehwi se estremeció y retembló.

— Jinyoung... — susurró el menor cuando Jinyoung se separó un poco, mientras los latidos de su cándido corazón se apresuraban más y más — tu hermana puede entrar...

Jinyoung se le quedó mirando durante un breve instante, admirando su rostro enrojecido, sus gruesos labios hinchados, sus ojos adorablemente cerrados y sus piernas empezando a flaquear. Se mordió el labio con fuerza, mientras sentía que su respiración nunca se normalizaría, porque se aceleraba cada vez más, al igual que cada milímetro de su sangre, que abandonaba su cuerpo para agolparse en su entrepierna. Durante ese momento, parecía que todos los problemas de su jodida vida habían desaparecido.

Oh, demonios.

Lo soltó y se movió en un solo paso hasta la puerta, asegurándola y volviendo a tomar a su tembloroso criado de la cintura, acercando sus labios hacia su oído.

— ¿Así está mejor, eh?

Empezó a deslizar sus húmedos labios por su delicioso cuello, succionando lentamente y desviando sus ojos hasta su piel para observar cómo se enrojecía también ante el contacto. Succionó con más fuerza y Daehwi suspiró otra vez, entreabriendo los labios con vergüenza, mientras sentía cómo su corazón abandonaba su cuerpo del todo. Ladeó la cabeza, presionando sus ojos y frunciendo sus labios de una manera que a Jinyoung le resultaba atractiva y excitante.

El mayor movió su mano desde su barbilla hasta su cintura, tomando el inicio de su colorida camiseta para empezar a elevarla con necesidad. Cuando sus dedos tocaron su suave piel, sintió que la erección que crecía en su cuerpo era imposible de detener.

— Tranquilo, no te tenses — susurró, elevándole la camiseta hasta lograr quitársela y lanzarla al suelo sin ningún reparo, pasándose la lengua por los labios.

Mierda, mierda, mierda.

El menor se encogió mucho más y la enorme vergüenza lo cubrió cuando se dio cuenta que ya no tenía camiseta, así que lo único que atinó a hacer fue pasarse los brazos alrededor de su cuerpo, descendiendo la cabeza y pegándola contra su hombro. Oprimió los labios cuando sintió que el aliento de Jinyoung le acariciaba el oído y sus fuertes manos tomaban las suyas, intentando que las mueva de su cuerpo.

— Jinyoung...

— Tienes el mejor cuerpo que he visto – masculló el otro con aspereza contra su sensible oído — El mejor...

Inocencia Pasional || JinHwiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora