A chance to be happy | n. h. |

Capítulo 44

Hi! c: Well, sé que dije que no subiría nuevo capítulo hasta junio, pero tenía un hueco libre y el capítulo estaba escrito desde hacía mucho tiempo, y al ver todo el apoyo que he recibido en el anterior capítulo, he pensado: "Venga, ¿por qué no lo subo?". So, aquí estoy. 

Leed la author note del final, pls, es muy importante. Disfrutad del capítulo. xx

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                                   { Julia }

<< Harry ha tenido un accidente >>
Me sentí como si me hubiese hecho un profundo corte con un cristal. Qué digo, fue muchísimo peor. Creo que ni si quiera se puede describir cómo me sentí en aquel momento, y el conjunto de emociones que me inundaron de un segundo a otro.

Un doloroso pellizco en el corazón me quitó el aire durante un momento, y estaba tan conmocionada que todo sonido de mi alrededor fue ahogado por un agudo pitido que me taponaba los oídos. Di gracias a que la sala estaba a oscuras, a excepción de la luz que provenía del escenario, porque así Will no pudo ver cómo me temblaban las manos o cómo mis ojos estaban inundados en lágrimas.

Estaba en tal shock que hasta era incapaz de decir una palabra; abrí la boca, pero no salió ningún sonido. Las palabras se quedaban atrofiadas en mi garganta, reacias a salir de ésta. 

Tuve que agarrarme a uno de los brazos del asiento mientras Niall me lo contaba todo, notando cómo poco a poco mi pecho se iba inundando de una angustia cada vez mayor. Cuando me informó de cuál era el hospital en el que estaba ingresado Harry, me despedí de él con un: "Estaré allí en seguida". Colgué la llamada y guardé mi móvil en el bolso con manos temblorosas.

-Julia, ¿qué pasa? - Inquirió Will, girándose hacia mí.

-Harry... ha tenido un accidente de coche. - Respondí, con la voz rota. Cogí mi bolso y mi abrigo y me puse en pie; fue en ese momento cuando me di cuenta de que me temblaba el cuerpo entero. - Voy a ir al hospital. Tengo... tengo que estar allí.

Hice ademán de moverme y salir al pasillo, pero Will me lo impidió, agarrando el dobladillo de mi vestido. 

-¿Qué? ¿Te vas ahora mismo? ¿Y qué pasa con el recital? - Inquirió, escéptico.

-Dile... dile a mi padre que he tenido que irme, y dile a Daisy que siento haberme perdido el resto de su recital. - Le pedí, ignorando sus preguntas.

Mi amigo me soltó el vestido y me dejó ir con un inseguro asentimiento de cabeza.

Atravesé las dos butacas ocupadas que me separaban del pasillo y salí a este. Me paré durante un segundo para mirar el escenario; en ese momento, la mirada de Daisy se clavó en la mía. Al verme en el pasillo, frunció el ceño, sin entender qué hacía allí de pie. Articulé un "Lo siento" sin sonido, y Daisy se paró de golpe, haciendo que su compañero de baile tropezase y que ella cayese al suelo. El público entero murmuró un audible "Ooooh" y sentí que las lágrimas se iban a desbordar de mis ojos de un momento a otro. No me podía creer que en aquel momento estuviese haciéndole eso a mi mejor amiga, pero mi prioridad en ese instante era ir al hospital. Ningún otro pensamiento ocupaba mi mente.

Sin ser capaz de observar un segundo más a mi amiga en el suelo, me giré y caminé con paso rápido hacia la salida. Atravesé el enorme y lujoso vestíbulo del teatro y salí al frío húmedo de la calle. El cielo estaba gris y unas pequeñas gotas caían de él, aterrizando en mi nariz y mejillas, anunciando una incipiente y tormentosa lluvia. Espiré por la boca y un blanco vaho me envolvió; el ambiente estaba mucho más frío que hacía una hora. Me puse el abrigo, y tuve la suerte de que un taxi estaba frente a la puerta. Sin pensármelo dos veces, fui hasta él lo más rápido que me permitieron los zapatos de tacón, entré y le indiqué rápidamente la dirección del hospital. El taxista asintió y puso el coche en marcha.