X.

9.8K 593 1.1K
                                    


.

ENSEÑAME

X

... Hyüga Hinata, futura líder Hyüga de Konoha...

Ante la entrada, apareció en escena usando un paso seguro. Con el obi mucho más apretado a la cintura de lo que sus pulmones podían tolerar, y la espléndida tela blanca y violácea del kimono casi tocando el suelo, Hinata se topó de lleno con la visión de cientos de personas desperdigadas por uno y otro lado del camino. ¿Alfombra roja? ¿en serio, padre?

Abochornada, notó cómo los miembros del clan le sonreían con orgullo, flanqueando sus costados, todos vestidos a juego con colores claros. Ella se concentró en terminar el recorrido con rapidez, pintando una suave sonrisa en la boca.

¿Estaría Naruto entre el gentío? ¿Estarían todos sus amigos siendo testigos del descarado despliegue de poderío?

... Nuestra bella heredera, veintiún años, completamente en edad casamentera...

El rubor le cubrió las mejillas. Por Dios, ¿cuál de todos sus primos estaba al micrófono?

—... Los guapos y poderosos shinobis pueden dejar su hoja de vida en la portería del complejo.

La noche, era justo decirlo, no estaba siendo todo lo maravillosa que debería haber sido con una fuente enorme de chocolate en mitad del jardín, fuegos artificiales, y una infinita variedad de comida y bebida. Era un cumpleaños, pero se sentía más como un festival, y entre tanta gente, Hinata apenas podía vislumbrar y sonreír a las caras conocidas antes de ser arrastrada por un mar de rostros y bocas desconocidas.

—Ryouma, de Kirigakure.

—Kenji, príncipe heredero del clan Kuroba.

—Sougo, de la familia Tori.

Si por alguna razón, las personas a las que era presentada eran, en su totalidad, hombres relativamente jóvenes de posiciones importantes, prefirió fingir no notarlo, y sonrió con amabilidad a cada uno de ellos.

—Luce espléndida, Hyüga-san.

—Espléndida de verdad. Y sus ojos... Bueno, son únicos.

¿Únicos? Habían cientos de personas con esos mismos ojos tan "únicos" rodeándolos en ese preciso momento.

—Un gekke genkai verdaderamente poderoso.

—Esplendido de verdad.

—Los terrenos de su clan son también espléndidos.

—Espléndidos de verdad.

Temiendo que su boca fuese a quedar permanentemente en una mueca de sonrisa, Hinata se giró hacia un miembro del boüke que pasaba cerca con una bandeja llena de licores y tomó algunos, pasándoles algunas copas. No fue un gesto muy femenino, la verdad fuera dicha, pero a sus acompañantes no pareció contrariarlos. Al contrario, podría decir que les agradó.

—¿Gustan? Tan interesante charla reseca la garganta.

Y los oídos. Y las ganas de vivir.

Hinata trató de no tomar el líquido ambarino de un trago, pero por Dios...

—¿Puedo venir pronto a visitarla, Hyüga-san?

—¿Y yo?

—¿Recibirá mi visita también, verdad?

Desocupó la copa antes de esbozar una sonrisa amarga, tan amarga como el líquido que se deslizaba por su garganta.

—Pero p-por supuesto, caballeros. Todos serán bien recibidos —giró la vista, ojeando insistente a su alrededor, y los ojos le chispearon ligeramente al percibir un destello rubio—. Ahora, si me disculpan, he de saludar a un buen amigo.

Enséñame. [NejiHina]Where stories live. Discover now