VIII.

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ENSEÑAME

VIII



—Naruto está de vuelta.

Neji sonrió al verla toser después de haber tomado un sorbo de agua. Ella disimuló su sorpresa limpiándose delicadamente con el dorso de la mano y desviando la mirada.

—¿S-sí? No sabía que estaba fuera.

Ajá, claro.

Él se cruzó de brazos. —Estuvo lejos por cerca de un mes, de visita en Sunagakure y en Kumogakure. Al parecer el kazekage manda sus saludos fraternales al clan Hyüga.

Hinata lo miró de reojo. —¿Cómo lo sabes?

—Me lo encontré en el camino, por supuesto.

—¿A Gaara-sama?

Rodó los ojos. —A Naruto.

Neji notó, no sin cierta curiosidad, que los pequeños hombros femeninos se tensaron. Ella se había dado la vuelta para recoger una toalla del suelo, y lo sorprendió al ver que caminaba hacia la puerta del döjo después de hacerlo.

—Dale mis saludos cuando lo veas de nuevo, por favor —dijo, deteniéndose un momento en el umbral, sin mirarlo.

—Lo haré.

Hinata asintió, claramente dispuesta a seguir su camino, así que la detuvo por última vez, ladeando ligeramente el rostro. —Pero, Hinata-sama, con respecto a la invitación... ¿prefiere hacerlo usted misma?

Nuevamente la vio asentir y, tras balbucear un rápido "sí", marcharse. A pesar de ello, no fue lo bastante despistado como para no percatarse del intenso sonrojo que invadía sus mejillas.



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Su cumpleaños estaba a la vuelta de la esquina; para ser más precisos, exactamente a tres días de distancia, un sábado. Y para su total espanto, su padre había decidido que debía celebrarse con bombos y platillos. Hacía algunos días ya que Hiashi Hyüga se había despertado de buen genio y había anunciado ante la aldea entera que el día 27 de Diciembre se armaría el fiestón en el complejo Hyüga. Bueno, "fiestón" no sería la palabra adecuada. En realidad, Hinata se imaginaba más como una tortuosa procesión de gente detallándola con morbosa curiosidad. "¿Ella es la heredera Hyüga? No luce muy fuerte", "¿ella es la princesa del byakugan? No es la gran cosa", "Hinata-sama, querida, a su edad nosotras habíamos aportado tres hijos al clan", "no hemos escuchado noticias acerca de un compromiso, Hinata-sama", "¿que no hay planes de matrimonio? ¿y qué está esperando Hiashi para ponerse en ello?", "viéndolo bien, es más bonita su hermana... será más fácil para él casarla", o algo parecido.

¿Acaso su padre no sabía que odiaba convertirse en el centro de atención? Estuvo a punto de explicarle y rogarle que no le hiciese pasar por semejante incomodidad, pero... ay, él parecía estar tan emocionado. Las canas de su majestuosa cabeza parecían desaparecer mientras daba órdenes a diestra y siniestra al acondicionar el complejo Hyüga para el evento al que asistirían cientos de personas, y su escurridiza sonrisa aparecía nada más ante la mención de Hinata en el rumor de alguna conversación ajena.

¿Cuándo ella lo había visto así de feliz al escuchar su nombre? Le hacía sentir que estaba orgulloso de tenerla como hija... Y por eso, Dios santo, ella cruzaría el infierno.

Enséñame. [NejiHina]Where stories live. Discover now