Capítulo único

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❝Para aquellas flores 

que no han encontrado lo que buscan,

sigan la luz y hallaran un hogar.❞ 



Los últimos rayos de sol traspasan los cristales de los ventanales, el cielo lucía tonalidades de purpura y rosa con flameantes pinceladas de color naranja. Las actividades extracurriculares habían concluido, los alumnos salían poco a poco del edificio. Casi todos se encontraban afuera, conversando y despidiéndose antes de regresar a sus respectivos hogares, excepto por un estudiante en especial. Chanyeol se hallaba sentado en la desolada aula del club de música con su mirada clavada fuera del ventanal y entre sus manos se posicionaba una guitarra acústica, observaba con una placida sonrisilla al muchacho de cabellos castaños que conversaba animadamente y reía de vez en cuando con un grupo de chicos. Un cosquilleo hizo presencia en la boca de su estómago al verle soltar una gran carcajada, la manera en que sus ojos se achicaron por completo, pudo jurar que casi escuchó la bonita risa de ese muchacho...

Sintió un cosquilleo diferente —esta vez en su garganta—, carraspeó un poco pero eso no alivió la sensación, lo intentó por otro rato. Toda su atención fue trasladada hasta aquella molestia. Finalmente se decidió por toser con fuerza y, mientras menos se lo esperaba, sus orbes cafés captaron tres pétalos de color amarillo revolotear en el aire hasta caer delicadamente sobre el suelo frente a él.

Sonrió sin gracia y observó con aburrimiento los pequeños pétalos —aparentemente de girasol— de textura aterciopelada. "Perfecto, simplemente... perfecto."

. . .

Las voces y risas de los alumnos retumbaban en las paredes del aula, el profesor de historia acababa de salir del salón y tenían media hora libre antes de empezar con la siguiente clase. Junto a Chanyeol se encontraba su mejor amigo Kyungsoo, quien estaba muy concentrado en la historia del libro entre sus manos. Desde que comenzó a leerlo Chanyeol no ha querido interrumpirlo, así que sólo se queda en silencio junto a él. Por lo mismo lo que lleva de mañana le ha parecido bastante tedioso, no han llegado a la mitad del día pero eso no lo detiene de querer volver a casa.

Llevó sus brazos hasta el frente y se apoya en estos, en la superficie del escritorio, sintiendo la suavidad de la tela de su sudadera rozar sus mejillas. Siente un leve escozor al cerrar sus ojos y murmura un par de maldiciones, pues la noche anterior tuvo que quedarse despierto hasta altas horas de la madrugada para terminar un ensayo. Lo que más le enojaba era que había tenido dos semanas para hacerlo, pero decidió procrastinar hasta el último minuto pues "el tema es sencillo" y "será fácil terminarlo en un par de horas."

Estaba a poco de caer rendido sobre el escritorio y no podía importarle menos, tenía media hora para recuperar energías, sin embargo no estaba en sus planes que alguien viniera a molestarlo.


Un par de toques en su hombro lo hacen volver al mundo real, en su mente está maldiciendo a todo el árbol genealógico de quien quiera que sea que lo haya interrumpido. Un gruñido de hastío sale de sus labios, ahora bien todo el enojo y cansancio son disipados al alzar el mentón y encontrarse con la atenta mirada del muchacho que observaba el otro día, que este luzca apenado hace que se vea absolutamente adorable en los ojos del más alto.

— Lo siento mucho, Yeol, no sabía que intentabas dormir. — le sonrió en forma de disculpa.

"Yeol..." sin importar que hayan pasado meses desde que Byun Baekhyun tomó la costumbre de llamarlo por ese apodo, su corazón aún no se acostumbraba ya que siempre corría un poco más rápido de lo que Chanyeol podía considerar normal.

ámame.Tempat cerita menjadi hidup. Temukan sekarang