Perderlo todo en un segundo. Que tu vida deje de tener sentido. Que llegue la oscuridad completa. Hundirte hasta un punto en el que no pensaste estar nunca. Llorar tanto que ni si quiera te queden lágrimas. Ya no hay punto de inflexión, ya no hay manera de volver a flotar. No hay forma de ver la luz de nuevo. No hay forma de volver a sonreír.
¿O tal vez si?