Ya no eran simples partes de muñecas las que eran lanzadas, sino que agujas y tijeras.

—¡¿Quién más está aquí?!

Pero no hubo respuesta, o al menos no una con palabras, sino que le lanzaron unas tijeras al oficial, las cuales rozaron su mejilla izquierda, dejando un corte bastante evidente en ella.

Salí inmediatamente junto a Jimin, esta vez ellos no dudaron en seguirnos, mientras se observaban entre ellos con horror.

—Se los dije —habló Jimin, cerrando la puerta.

—¿Qué era eso?

—Supongo que esta clase de acontecimientos son normales en catillos tan antiguos —sonrió, pero eso hizo que me diese cuenta de que estaba mintiendo, como casi siempre lo hacía.

Él lo sabía desde un inicio, incluso creo que conoce muy bien el motivo de los sucesos, aunque si le pregunto va a decir que no.

Los policías guardaron silencio y siguieron unos cuantos minutos con la búsqueda, pero finalmente decidieron marcharse.

—Cuatro son pocos para un lugar como este —observó el oficial Lee el castillo por última vez antes de subirse al auto.

—Jimin, tenemos que hablar.

—No, Soo Min. En realidad no hay nada —ingresó nuevamente al castillo, mientras lo seguía molesta.

Por más que intenté sacarle cualquier tipo de información, se negó rotundamente a hacerlo.

—Preparé este té especial para ti —colocó la pequeña taza frente a mí, para luego colocar una flor en mi cabello y sonreír, pero no le contesté.

Intentó hacer todo lo posible para que le hablara y atraer mi atención, pero resistí a caer en sus encantos, lo que obviamente él notó.

—Iré a mi habitación —me levanté y él hizo un puchero, aunque esta vez no me lo impidió como lo había hecho en otras ocasiones.

Mientras subía las escaleras, me comencé a sentir un poco mareada; iba a abrir la puerta de mi habitación, pero escuché otra hacer un chirrido. No pude evitar la curiosidad y a duras penas me asomé por la puerta, ingresé al pasillo desconocido y me dirigí a la única puerta abierta, situada al final de este, de la cual provenía el sonido de una canción desconocida.

En cuanto estuve al frente, me arrepentí, las muñecas y muñecos estaban en un escenario y otras entre los asientos de lo que parecía un teatro, pero lo inquietante es que se movían, hablaban e incluso reían.

—Bienvenida Soo Min, es un placer finalmente conocerte —un señor algo bajito me sonrió.

Me había quedado como una estatua por la sorpresa, los mareos incrementaron y lo único que recuerdo fue mi cuerpo chocar contra el suelo.

***

—Soo Min —escuché que alguien me llamaba a lo lejos, pero pronto aquella voz se fue haciendo más cercana, hasta que me levanté exaltada.

Nini se encontraba junto a Jimin, ambos me observaron con preocupación, pero lograron tranquilizarse un poco.

—Te has quedado dormida, cariño. Aparentemente el dichoso "té" que te preparó Jimin, contenía de té para dormir y flores alucinógenas —Nini lo fulminó con la mirada, y Jimin hasta que se encogió.

—No te enojes más conmigo, Soo Min, no era mi intención hacerlo —observó hacia sus pies, mientras jugueteaba con sus dedos.

Ahora lucía como un pequeño cachorrito al ser regañado.

Play with me // Jimin // FinalizadaWhere stories live. Discover now