#GIRO

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Narra Mackenzie:

Desperté con un muy sutil dolor de cabeza. Estaba sola en mi cama y la luz me molestaba los ojos. Mientras me preguntaba cómo había acabado en mi cama, todo fue poniéndose claro como el cristal.

Después de la fiesta, Michael me había traído a casa y me había recostado. Nos besamos y se fue.

No tuve ganas de ir a la universidad, no por vergüenza pero por mero cansancio. Realmente había intentado sacar las cosas bien con Michael, pero tal cual había pensado, el sólo lo había hecho para meterse en mis pantalones y yo había caído. No recordaba que nos hubiéramos acostado, pero estaba segura de quién lo había parado, era yo.

Todo iba a estar bien, solo tenía que buscar la manera de zafarme de ser su compañera de curso.

Y sabía exactamente quien me iba a ayudar. Solo necesitaba tiempo.

Aunque también quería respuestas, explicaciones; y mientras agarraba mi celular, me reprochaba por ser impulsivamente tonta.

-¿Aló? -

-Hola.-

-Oh, Hola Mack. ¿Que pasa?-

-Bueno, no recuerdo mucho de anoche.-

-Me lo esperaba, tomaste mucho alcohol.-

-Lo sé.-

-Tanto, que creías que Luke podría regresarte en "su carro".- rió.

-Si, aparte de eso, yo quería saber si cuando llegamos a mi casa..- me interrumpió.

-Me besaste.-

-¡OYE! ¡ESO NO PASÓ ASÍ!- chillé.

-Entonces si recuerdas.- bufó. -Realmente no importa Mackenzie, fue sólo eso.- me quede helada.

-¿Entonces tu y yo no..?-

-Ya te dije. No eres el tipo de chica que me llevaría a la cama.- rió.

-Papá, ¡van a cerrar la montaña rusa! ¡Apúrate!- escuché un gritó.

-En fin, tengo que colgar o Audrey me va a matar antes de llegar a la montaña rusa. ¡Te veo mañana en la universidad porque hoy ni en bolas voy!- y colgó.

Michael no había intentado aprovecharse de la situación, lo cual me había hecho quedar como una completa estúpida al siquiera pensar eso. Además, tenía razón; tal vez yo no era el tipo de chica que se llevaría a la cama y de ser sincera, el era mucho menos el tipo de chico con el cual me acostaría.

Dejé el teléfono en la mesa de noche y al no poder seguir durmiendo, empecé a escribir una correo para Maggie. Teníamos que hablar, porque no iba a dejar pasar desapercibido el hecho que lavó el cerebro de mi hermana.

BEEP

Revise el celular. Eran las 3:30.

"Alarma: entrevista de trabajo, St. Kilda, 4pm"

Tal vez el correo podía esperar.

****

Narra Michael:

Baje a la niña con cuidado del saltarín e inmediatamente me abrazó. Casi tres semanas y ya me estaba acostumbrando a su cariño, me gustaba tenerla cerca.

-¿Ya quieres regresar a casa?- pregunté.

-Sí.- bostezo mientras se ponía su abrigo. Ya eran las ocho, después de todo.

Revisé mi billetera, quedaban 20 dólares. Mire a Audrey, quien se estaba quedando dormida. No había forma que la hiciera caminar cuatro horas hasta la casa. Pedí otro taxi usando mi brazo enyesado y mientras regresábamos, volví a observar a la niña. Sus pequeñas facciones, entre ellas, sus pálido rostro con su pequeña nariz.

Daddy »» M.C (Versión NO EDITADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora