#FUERTE

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Narra Michael:

Seguía intentando dormir cuando me di cuenta que no podía dejar a Ashton, sólo, toda la noche cuidando a Audrey. Rebusque en el bolso de Mackenzie por el juego de llaves y cuando lo encontré, abrí la casa. La cargué hasta su habitación en el segundo piso con algo de dificultad debido al yeso y el dolor que aquello provocaba. Cerré la puerta una vez que pude. Tenía el sueño pesado para buena suerte mía, pero cuándo la deposité en su cama, volví a sentir el impulso del día en el hospital.

Yo no le tengo hambre a esa clase de chicas. ¿Que está pasando?

Por alguna extraña razón, Reptilia de The Strokes sonaba a gritos en mi cabeza.

O tal vez era la radio del carro que seguía prendida, no estaba seguro aún.

Me recosté a su costado y una vez que nuestros alientos se chocaron, ella abrió los ojos. La besé por instinto y ella mordió mi labio.

-¡¿Se puede saber que demonios está mal contigo?!- mascullé lamiendo la sangre que me salía ligeramente.

-¡Que demonios esta mal contigo Michael! ¡Me besaste!- me miró fúrica y aún algo ebria.

-¡Sigues ebria y no sabes lo que dices!- me quejé. Joder, mordía feo.

-¿Ah si? ¿Y porqué tienes sangre en el labio?-

-Me recosté a tu lado y me mordiste, salvaje. ¿Has enloquecido?-

-Recuérdame, ¿Por qué te mordería de la nada?- frunció el ceño.

-¿Sabes que? Olvídalo.- me intenté parar de la cama cuándo sentí como una fuerza me jalaba de nuevo a su lado y esta vez, ella era la que estaba besándome. -No, basta. Mañana no lo recordará.- pensé y negué con la cabeza intentando sentarme de nuevo e agarrar fuerzas para irme y no aprovecharme indirectamente de ella. Estaba estresada, ambos estábamos molestos con el mundo, y agarrando en su cama no íbamos a solucionar nada.

-Sé lo que piensas. Pero tu tampoco y ese, es el punto.- fue casi como si me leyera la expresión. Se sentó a ahorcadas mías y me empezó a morder el cuello ligeramente. No conocía este lado suyo y no me gustaba que me gustara.

Cuándo empezó a jugar con mis labios me di cuenta que no tenía salida.

Le devolví el beso con toda la ira que tenía acumulada del Martes y ella entendió el mensaje, porque seguido de eso, también empezó a desquitar la suya con mis labios. Era violento de ver, pero se sentía tan malditamente bien que ninguno paró. El alcohol ya había bajado de mi sistema, y si hubiera querido, se lo hubiera dicho. Pero, cuando ella se empezó a bajar los jeans me di cuenta que lo que sea que fuera a suceder esta noche, no iba a resultar bien en la mañana. Así que tomé una estrategia por la cual mi pene me quería matar.

-Espera, tengo que ir al baño...- me excusé.

-Esta en la esquina a la derecha.- contesto mientras se reía y aún arrastraba las palabras.

-No tardo.- mentí.

Esperé tres horas en el baño a que Mackenzie se durmiera, quería asegurarme que el alcohol la hubiera noqueado lo suficiente como para que no notara mi ausencia. Una vez que pude verificar que estaba dormida, me fui en mi camioneta a casa por la única persona que me importaba actualmente.

-Daddy!- chilló al verme entrar. -Tío Ashton se quedó dormido y recién son las 3am.- se veía muy hiperactiva.

-¿Has comido algo raro, Audrey?-

-Tío Ashton me dio una lata negra y me trajo una barbie que encontró tirada por ahí.-

-¿Que lata que?- pregunté algo confundido de lo rápido que salieron las palabras de su boca.

Daddy »» M.C (Versión NO EDITADA)Where stories live. Discover now