Capítulo 20: Flores.

36.1K 2.1K 86
                                    


DOMINIC.

El teléfono de mi oficina comienza a sonar, distrayéndome de los papeles que estoy revisando.

Contesto.

—Habla Dominic Miller.

—Señor Miller somos de la floristería la vie, la entrega del ramo de flores no fue aceptada.

Me paso una mano por el cabello, frustrado. — ¿Mencionaron que era de mi parte?

—Usted especifico que no debía decirse el remitente, podemos intentar hacer la entrega nuevamente.

—No lo hagan, así está bien. Cuando requiera de sus servicios nuevamente, los contactare.

—Como usted diga señor.

Cuelgo.

Me reclino en mi silla.

— ¿Ni siquiera acepto un ramo de flores? —murmuro para mí mismo.

¿Qué clase de mujer no las aceptaría?

—Solamente ella —me respondo.

Después de la charla que tuve con Marcus ayer, me entere de muchas cosas referente a Sophie. Y entre ellas está, de que ayudo a encontrar las pruebas que inculparan a Thomas y Jessa.

Suspiro.

—Creo que tendré que ir a verla de nuevo, cuando termine lo que tengo programado para este día.

Desde el día de la reunión, cuando arrestaron a Jessa, sigo sin querer encontrar a alguien más para que ocupe el puesto de mi secretaria personal. No considero a nadie más capaz que Sophie para ocupar el cargo, además que está más que claro que ella cuenta con mi total confianza.

Conseguiré que ella regrese...


***


Estaciono el auto, justo frente a la cafetería en donde trabaja Sophie. Apago el motor. Pero no salgo.

Observo como las luces del interior del local se van apagando.

Rayos, he venido muy tarde.

No tenía planeado salir de la empresa tan tarde, pero el hecho de no contar con una secretaria hace que todo el papeleo y organización, me quede solo a mí.

También debo agregar que ayer me fui antes de la hora de salida, dejando muchas cosas inconclusas.

—Tal vez ella ya se ha ido —me planteo esa idea, enciendo el motor de nuevo y cuando estoy a punto de incorporarme al tráfico nocturno de New York, veo salir a Sophie del local pero no está sola, va acompañada de un hombre que se ha encargado de cerrar.

¿Será el dueño de la cafetería?

Ellos empiezan a caminar hacia una parada de autobús cercana. En el lugar en donde me encuentro estacionado puedo ver de primera mano a esos dos.

Cuando un autobús se acerca, Sophie se acerca al hombre para darle un beso en la mejilla. Él se sube al transporte, y ella lo despide con un movimiento de la mano.

Eso no parece una convivencia de jefe-empleado.

Ver a Sophie cerca de ese tipo, me molesta.

Cualquier otro pensamiento es desechado al verla caminar, cuando el autobús se ha ido. Ahí es cuando decido seguirla.

Son aproximadamente las once de la noche como para que una mujer camine sola hasta su hogar.

Mr.MillerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora