Capítulo 9: Pasado.

37.8K 2.2K 73
                                    

DOMINIC.

Veo la hora en mi reloj de mano por quinta vez.

Esta tarde le pedí a Sophie que comprará un vestido y todo lo necesario, al regresar dispuse a un maquillista y estilista para que la prepararán para esta noche. Estoy contemplando la vista nocturna de Madrid, mientras espero que salga de la habitación.

¿Por qué se tarda tanto? el personal que contrate ya se había ido.

Me doy la vuelta, dispuesto a ir en su búsqueda pero me quedo paralizado cuando la veo.

Le doy una revisión completa.

Un vestido negro que le llega hasta las rodillas dejando al descubierto unas largas y torneadas piernas, ajustado perfectamente a su figura, con un escote impactante. Un maquillaje suave, su cabello negro suelto, zapatillas de tacón alto.

En pocas palabras: Se ve hermosa, y su rostro lleno de seguridad absoluta, le da un toque perfecto.

—A juzgar por tu reacción embobada, tengo tu aprobación.

Ahí esta esa actitud de nuevo.

—Es una reacción normal, soy un hombre, aunque admito que te vez bien —más que bien.

Me encojo de hombros para restarle importancia y que vea que no me afecto tanto, le ofrezco mi mano. —Vámonos ya.

Veo que duda en si aceptarla o no, pero al final la toma, paso su brazo por el mío y caminamos hacia el ascensor.

El lugar en donde será la fiesta es en la mansión de James, todo esta decorado con luces colocadas en zonas estratégicas, tanto en el jardín como en el interior de la casa.

Hay varias personas importantes, empresarios más que todo, algunos con acompañante, varios camareros entregando aperitivos, un bar improvisado en un extremo de la sala. Veo a James hablando con una mujer, él siempre en la conquista, lleva unos años divorciado pero aún no se ha vuelto a casar, aunque sigue manteniendo una buena relación con su ex-esposa y sus hijos.

Él mira a su alrededor y en cuanto me reconoce me hace un saludo con la mano, le dice algo a la mujer que esta con él y se acerca en donde estoy con Sophie.

—Que bueno verte de nuevo Dominic —estrechamos las manos y se dirige a mi secretaria. —Como siempre con buena compañia, cualquiera pensaría que es tu novia y no tu simple secretaria.

—Gracias por la invitación señor —dice Sophie, omitiendo el comentario de James.

—Nada de formalidades, llámame James —ella asiente.

—Se me apetece una bebida, ¿quieren qué les traiga algo? —estoy seguro de que podría encontrar un bourbon.

—Un whisky —responde James.

—Vino para mi —pensé que Sophie diría que Martini o hasta agua, eso es lo que siempre piden las mujeres.

—Esta bien, ya regreso —voy hacia el bar y en el camino me encuentro a mi competencia.


SOPHIE.

Veo a Dominic alejarse.

—Ese muchacho es un claro ejemplo de que en esta vida, todo se puede lograr.

Me giro para ver a James.

— ¿A qué se refiere?

— ¿No conoces su historia? todos quisieran ser como él.

—Hasta que me contrato, me di cuenta de su existencia a decir verdad.

Él me mira sorprendido.

—Bueno, entonces te lo contaré de forma resumida: cuando conocí a Dominic hace un par de años atrás, él era un simple mensajero en la empresa en donde yo tengo el cargo de gerente general ahora. ¿Te preguntarás como un simple mensajero, llego a ser el fundador de una exitosa empresa de hoteles?

Esa respuesta es simple: Él me comento su idea de crear una empresa desde cero, a pesar de que en esos tiempos estaba lejos de alcanzar su meta. La manera en que me planteo absolutamente todo, me dejo sin palabras, entonces me ofrecí para ser su financiador al principio,  él acepto pero me dijo que me pagaría hasta el último centavo, y en efecto, lo hizo en el menor tiempo imaginado, desde ese entonces somos socios. De ser un simple huérfano con poco dinero, ahora es un multimillonario y muy cotizado en el mercado.

Me quedo sin palabras, estoy asimilando todo lo que me ha dicho. Pero unas palabras en especial llaman mi atención.

— ¿Es huérfano?

— ¿Tampoco lo sabias? —se ríe. —No conozco muy bien esos detalles, solo se que desde muy corta edad vivió en un orfanato con Marcus, otro excelente hombre. Y que nunca olvida las raíces en donde creció, siempre hace grandes donaciones en orfanatos con situación precaria, esto último muy pocos lo saben, creo que Dominic prefiere seguir siendo el duro empresario que arrasa sin piedad el mundo hotelero, lo comprendo.

Todo este nuevo descubrimiento me conmueve, me da a conocer el lado humano que mi jefe tiene pero que no demuestra.

Es un gran hombre, a pesar de todo.

Que errónea idea tenia de él.

Estoy a punto de hablar cuando veo a Dominic acercarse con las bebidas.

—Aquí viene el triunfador —toma el vaso con whisky que le ofrece Dominic. —Gracias.

Me ofrece mi vino —Gracias. —Tomo un sorbo, el color y sabor fuerte me comprueban que es vino tinto.

— ¿A qué viene eso? —arquea una ceja.

—Oh, a nada —dice James, y le da un golpecito en el hombro. —Ahora si me disculpan, iré a saludar a los demás invitados.

Y se pierde entre la gente. Dominic me dirige toda su atención ahora. — ¿De qué estaban hablando?

No le iba a decir que su viejo amigo me contó parte de su vida, eso si que no. De seguro pensaría que soy una entrometida.

—Mmm, sólo me hablaba de como habías logrado resolver el problema del permiso con eficiencia.

Él sonríe.

—Lo tuve como guía en los comienzos, supongo que aprendí bien —toma un trago de su bebida, con la mirada recorre el salón hasta que la detiene en un punto exacto, su sonrisa se borra, sigo la dirección y encuentro a un hombre de cabello castaño y casi de la misma edad de Dominic hablando con James.

—Ya que estas aquí, quiero que sigas el plan que tengo en mente —me mira de nuevo, y su expresión seria me hace desconfiar.

— ¿Qué plan? ¿acaso estoy aquí para espiar a ese hombre de allá?

Pues claro, ¿por que se tomaría la molestia de traerme, más que servir de ayuda? Es lo más lógico, además de tomar en cuenta que su amigo me invito.

Mr.MillerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora