Canto abismal

669 92 22
                                    

Capítulo III

Un nudo de pronto se quedó atascado en mi "garganta", se deshacía constantemente volviéndome loco a los pocos instantes que la observé.

●●●

Una, dos, tres, cuatro y de esa forma sucesiva cantaron las dulces y azules flores eco en una completa armonía, resonando entre las profundas aguas turbulentas.

Di un pequeño vistazo explorativo a mi derecha y posteriormente a la izquierda; hacia arriba y aún nada.
Quería negar a toda costa la opción de mirar el agua, no me gustaba la idea de admitir que el canto se trataba de la sirena que tanto presumía Gerson. Darle la razón a esa vieja tortuga era similar a involucrarse en uno de sus tratos de negocios.

• Te hace dudar el valor o la ayuda que puede brindar el objeto.
• Sermones se disparan de su boca.
• Lo terminas comprando.
• Sales de la tienda.
• Te arrepientes porque pudiste ahorrar ese dinero para gastarlo en cosas mucho mejores.
•Finalmente, lloras.

De cualquier manera, echar un vistazo no estaba de más, hasta puedo comprobar que mi viejo amigo se equivoca con este cuento para niños, así que no salgo perdiendo ni ganando.

Me levanté con cautela, caminé algo tranquilo cerca de las flores,  escuchaba la voz reflejándose por cada una de ellas. La que estaba cerca de mí se escuchaba un tanto apagada, si daba un paso adelante la voz se intensificaba. Fue como paré hasta la penúltima eco, estaba tan cerca de la orilla que quise retirarme un poco. De pronto, escuché el canto mucho más fuerte.
El sonido provenía de una flor sin tallo que nadaba con tranquilidad por el lago cristalino.
Deseé tomarla, pero era un riesgo que no podía cometer. Toriel me esperaba en casa, y no precisamente mojado; y sinceramente usar magia para ese tipo de cosas me parece más que innecesario...
También es porque me da pereza.

Me acerqué a la penúltima azulada como una oportunidad de comunicarme con la flor que ahora nadaba sin preámbulos.

—Canta muy hermoso, señorita flor.— susurré con una sonrisa tatuada en mi boca. —¿Cuál es su nombre, si se puede saber?

Me reí un tanto incrédulo al terminar mi platica ante la flor parlante, di media vuelta y traté de irme tal como llegué. Sin embargo, una voz..., no, fue más bien una respuesta, me hizo estremecer de la nuca a los pies dejándome helado y con una fuerte sensación de curiosidad.

—Frisk.— me dijo la penúltima flor que después se multiplicó dicha frase para todas las demás.

Cauteloso di una mirada temerosa a la orilla del río y justo ahí, en ese lugar que nunca podré olvidar, se encontraba la humana más hermosa que nunca nadie pudo haber visto. Cabello castaño sedoso, piel con una textura de porcelana color morena clara, pestañas perfectas y unos ojos marrones preciosos como los cristales enterrados entre las paredes y techo de Waterfall. 

La imagen que le había arrebatado a Gerson no podía compararse con la belleza que ahora presenciaba.

—¿...Frisk?

■■■

Okay okay, lo lamento mucho.
No pude actualizar por unos problemillas, pero ya estoy aquí :3
Terminaré esta pequeña historia pronto ♥ no se preocupen lectores.

▲ MERMAID ▼ [Frans] Where stories live. Discover now