CAPITULO 8

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UN AÑO DESPUÉS.

Un castaño caminaba por las calles de Europa, aunque sin duda su apariencia era muy llamativa, parecía que nadie lo notaba, pues después de tanto entrenamiento, aprendió a ocultar su presencia aunque estuviera ahí, entro a una gran edificio y camino hacia el ascensor ignorando a la recepcionista, aunque ella tampoco se dio cuenta de el.

Subio hasta el ultimo piso y siguió su camino, la mayoría de ahí lo conocía, paso enfrente de la nueva secretaria del presidente de ahí, su ropa era demasiado vulgar, su playera mostraba sus senos y su falda sus piernas, sin dejar nada a la imaginación.

Entro a la oficina del presidente y se acerco a el, jalo un poco su silla y se sentó en sus piernas.

Eres malo Bakanda, ignorando a tu prometido.- le reclamo, lo que mas bien parecía un puchero infantil.

Tu tardaste demasiado.- le respondió rodeando su cintura con sus manos y acercando otra vez la silla al escritorio para seguir con su trabajo.

No es culpa mía, la modista perdió las medidas e hizo todo otra vez.- le explico mientras repartía beso en el cuello del mayor.

Al menos espero que tu traje se al mejor como para que me hagas esperar, Moyashi.- le reclamo apretando una de sus nalgas y sonriendo satisfecho al escuchar el gemido de Allen en su oído.

Claro, pero puedo darte una recompensa por ser tan paciente y esperarme tranquilamente.- lentamente bajo sus manos y su cuerpo se metió debajo del escritorio, que estaba bloqueado del otro lado, nadie vería nada, bajo la cremallera y desabotono del pantalón, saco el gran falo, aun flácido, lo acaricio y lo metió a su boca, dándole una esplendida mamada a su prometido.

Eres bueno en eso, has mejorado.- le dijo intentando controlar las corrientes eléctricas que recorrían su espina dorsal.

"Señor, le buscan los inversionistas".- escucho por el intercomunicador a su nueva secretaria, no podía dejar plantados a los nuevo inversionistas, así que aunque Allen lo estuviera mamando, tenia trabajo que hacer.

Hazlos pasar.- le respondió y al poco rato dos hombres entraron a su oficina.

Mucho gusto, señor Kanda, mi nombre es Alexander Bancof, y el es mi mano derecha, Christoper Bonateli.- se presento el hombre mas viejo, ya con canas y bigote, el otro, un hombre joven de unos treinta y rubio, solo hizo una reverencia.

Mucho gusto.- los saludo de mano sin levantarse ya que ellos ya habían tomado lugar en las sillas enfrente de su escritorio, mientras tanto Allen trataba de no hacer ruido mientras chupaba la hombría de su hombre y se metía varios dedos en su entrada.

Allen se sintió incomodo al imaginar que Yuu le mostraría la expresión que hace cuando se corre, así que acomodo un poco la ropa del mayor y se acomodo para que Yuu viera el espectáculo.

Kanda hizo su silla un poco para atrás ante la sorpresa de que Allen no continuaría, se sorprendió al verlo sentado en el piso con las piernas abiertas y penetrándose el mismo, cuando Allen vio que lo miraba le sonrió y agrego otro dedo, el pene de Yuu dio un tirón para arriba.

La reunión continuo una hora mas, en la que Allen se penetro con dedos durante unos veinte minutos hasta que se canso y decidió jugar un poco, aprovechando sus habilidades, le quito el zapato a Yuu y uso sus dedos para penetrarse.

Yuu maldecía a esos tipos por no largarse ya, al final, Yuu tomo a Allen para levantar lo, lo sentó en sus piernas, abrió su pantalón y lo penetro, tan duro que le saco la respiración a Allen.

Yuu maldecía a esos tipos por no largarse ya, al final, Yuu tomo a Allen para levantar lo, lo sentó en sus piernas, abrió su pantalón y lo penetro, tan duro que le saco la respiración a Allen

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Allen, comenzó a menear sus caderas y luego a dar saltos sobre las caderas de Yuu y empalándose a el mismo.

Ah... Mnh... Mas... Mas rápido.- gemía en el oído de Yuu, clavaba sus uñas en la espalda de el mayor y sus piernas temblaban ante los espasmos que las estocadas le provocando.

Mueve mas... tus caderas.- sujeto sus muslos para clavar aun mas su miembro en se prometido.

No... no puedo... mas... mng.- gimió mientras forzaba a sus caderas a moverse.

¿Quieres mas?.- le pregunto mientras ayudaba a Allen moviendo sus propias caderas penetrandolo.

S...s....i...s...si.- trato de decir al sentir pero al sentir la corriente eléctica también conocida por el.

Recuerda, eres un doncel... ¿Que te parece si... hacemos nuestro primogénito?.- le susurro en el oído mientras sentía la cabeza de Allen asentir afirmativamente mientras ambos se corrían, Allen en el pecho de ambos y Yuu en su interior.

Eso fue... genial.- suspiro compensando su respiración.

Estoy... cansado.- comento mientras sentía sus parpados cerrarse.

No te duermas... ¿Quieres algo de comer?.- le pregunto mientras acariciaba su cabello.

Si... no he comido nada.- se dejo mimar mientras su prometido lo consentía.

Bien...- se acerco a su intercomunicador y oprimió un botón.- Susan, tráeme dos almuerzos.- le ordeno sin dejarle hablar.

Señor su pedido.- entro la secretaria de Yuu con voz melosa, pero al ver como su jefe sostenía a Allen en sus piernas, ambos cubiertos con una manta que tenían ahí para cuando Allen iba y se dormía.

Déjalo ahí.- indico su escritorio con su dedo, sin despegar la mirada de sus papeles, luego regreso su mano a acariciar la cabeza de Allen.- Moyashi, ten come.- tomo uno de los almuerzos y se lo entrego a Allen.

Buen provecho.- tomo la cuchara y probo la comida.- Esta rico.- le dijo a Yuu con una gran sonrisa que dejo embobado a Yuu.

Disculpe pero... ¿Quien es el?... si se puede saber.- pregunto su secretaria que aun se encontraba ahi.

Es mi prometido, no importa a que hora venga, el puede entrar.- le dijo de manera fría.- Moyashi, parece que no saber comer decente.- le dijo con una voz que, para Susan, parecía molesta, pero para Allen, se oía burlona. 

Claro que se.- le reclamo dejándose limpiar la cara por Yuu.- El que preparo esto sin duda merece mi corazón, no un gruñón como tu... comprenderás.- le recrimino con burla.

Pues entonces para la próxima, seré yo quien te cocine.- le respondió con "enojo".

Nop... la ultima vez que entraste a la cocina casi la inundas, a saber como.- se burlo y siguió comiendo, todo esto en la presencia de Susan quien miraba celosa la escena, sus planes de seducir a su jefe se echaron a perder.

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NO PODRE ACTUALIZAR DURANTE UN TIEMPO, PERDÓN.

BYE

MÁS ALLÁ DE UN BESO. YULLENDonde viven las historias. Descúbrelo ahora