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Jimin no sabe como terminó envuelto en una situación como esta, y mucho menos, terminar con esta.

Todo había empezado un lunes, estaba procrastinando en la parte trasera de la biblioteca leyendo un manga, cuando vio una sudadera amarilla en uno de los escritorios desocupados. Como buena persona que es, terminó por guardarla y buscar a su dueño al día siguiente, luego de no encontrarlo entre los pasillos. La sudadera era bastante bonita y sería una lástima que alguien se la llevara y no la devolviera.

Cuando se encaminó a los dormitorios, se arrepintió de no haber traído su propia sudadera, así que con lo apurado que estaba, solo se la puso. Notó de inmediato que olía bastante bien, era cálida y las mangas terminaron envueltas en sus puños debido a que eran demasiado largas para él. En cuanto logró entrar a su dormitorio, Taehyung saltó del sofá y Jungkook cayó a la alfombra.

Jungkook tenía chocolate en el cuello y Jimin no iba a preguntar. No quería preguntar.

―No es lo que crees ― gritó Taehyung.

―No vi nada, no vi nada ― gritó de vuelta, poniendo los puños que había hecho de la sudadera sobre sus ojos.

―Jimin, no seas exagerado, aún tenía toda mi ropa puesta ― se quejó Taehyung.

―No escucho, no entiendo tu idioma.

―Jimin ― dijo Jungkook.

―No, tampoco quiero saber si tienes tu ropa puesta o no.

Suspiró y corrió a su habitación sin decir absolutamente nada más, no quería terminar presenciando otra de las tantas escenas, ya estaba bastante traumado por culpa de esos dos. Y adoraba a Taehyung, de verdad que lo hacía, tener un mejor amigo era la mejor sensación del mundo, pero ni todo el amor que profesaba por su amigo iba a evitar que lo estrangulara hasta provocar su muerte por asfixia si seguían repitiendo estas situaciones.

Tener un mejor amigo era agradable, pero tener un departamento sin ruidos sospechosos, libre de conversaciones que no quería escuchar, ni ciertas partes de cuerpos que no quería ver, era más agradable aún.

Al día siguiente, se quedó dormido por razones obvias. La noche anterior, por decirlo en palabras bastante amables, ni Taehyung ni Jungkook habían sido muy considerados, y había casi terminado asfixiado con su almohada tratando de acallar los ruidos de la habitación continua. Quizás era karma por sus pensamientos de la tarde anterior.

Se puso los primeros jeans que encontró limpios, la sudadera amarilla que buscaba a su dueño, sin molestarse en ponerse una camiseta abajo. En la cocina, su día no mejoró mucho.

Jungkook estaba comiendo su cereal, sentado en su encimera que había limpiado el día de ayer.

―¿Tae? ― dijo con cautela, sin apartar la mirada de como las manos de Jungkook no se detenían y seguía poniendo cereal en su bowl amarillo. Sintió sus mejillas ponerse rojas y como sus labios se hacían un puchero involuntario.

―Jiminnie, despertaste ― le regaló una de sus grandes sonrisas cuadradas, y le ofreció una taza de café, Jimin agradeció porque era tarde, pero no era ni cerca suficiente para perdonar al bastardo traicionero.

―Jungkook, suelta la caja de inmediato ― murmuró frunciendo aún más el ceño.

―Jimin ― Tae suspiró ― Te compraré una nueva.

―¿Me estás traicionando por tu novio? ― dejó la taza de café vacía y retrocedió un paso ― Puedo perdonar que no me dejen dormir, que no tengan ningún respeto por mí en lo absoluto, pero no mí cereal.

―¿De verdad Chim? ― bufó ― Para de ser tan dramático. Te compró dos cajas de cereal.

―Ah! ¿Y ahora soy dramático y exagerado?

―No es lo que quise decir ― rodó los ojos ojos y entrecerró un poco los ojos― ¿Qué llevas puesto? ¿Es nueva?

―No te diré, no mereces saberlo.

Tomó su mochila y se precipitó a su sala de clases, y llegó justo a tiempo. Cuando logró sobrevivir a las primeras clases de la mañana, se arrastró a la cafetería donde siempre estaban sus amigos. Se dejó caer junto a Namjoon, acomodó su mejilla contra la mesa para dormir un poco, pero obviamente Taehyung no iba a dejarlo, el castaño tiró de su manga.

―Jimin, ¿De dónde sacaste esa sudadera? ― preguntó Taehyung, aún curioso.

―¿Esto?

―No lo puedo creer― Jungkook puso énfasis en el no, y su rostro se transformó en uno de crisis existencial, con la mirada fija en la sudadera de Jimin, y el rubio no iba a mentir, le perturbó un poco la intensidad y la concentración del pelinegro ― ¡Esa es la sudadera que Agust D usa todo el tiempo!

Jimin no tenía idea quien era quién era Agust D, pero si sabía que la sudadera tenía estampado ese nombre en alguna parte.

―Ah si, fue un accidente, pero estoy buscándolo para―.

―Chim ― Taehyung gritó, llamando la atención de un par de mesas ― Dios, ¿estás saliendo con Agust D?

―Oh, no es eso... la verdad es que―Taehyung lo interrumpió poniendo una mano en su boca.

―No puedo creer que no me hayas contado, sales con Agust D y soy el último en enterarme.

Jimin sintió el momento exacto en que las miradas curiosas empezaron a posarse sobre él, Yugyeom y sus amigos que estaban en la mesa de al lado, empezaron a hacer preguntas. Jimin, entre pregunta y pregunta, se enteró que este Agust D era bastante conocido.

Hacía shows underground en algunos subterráneos de edificios abandonados o algún que otro club poco concurrido, tenía una fanbase bastante importante dentro de la facultad, y era bastante misterioso. Nadie sabía su nombre, ni había visto su rostro por completo.

Todos querían saber acerca de él, y la mesa se hizo más ruidosa a cada segundo. Cuando se unió Hoseok, empezó a insistir y tratar de sacar cada detalle. De seguro, si el tal Agust D se enteraba de esto, no iba a estar muy contento. Pero Jimin estaba un poco cansado y hastiado con tantas preguntas.

―¿Puedo tocar la sudadera ― susurró una chica con adoración y Jimin se encogió en su asiento. Quizás todo se acabaría si se sacara la sudadera, pero no llevaba nada bajo ella. Suspiró, paso la mano por sus mechones desordenados.

―¿Es tu novio o no? ― pregunto uno de los amigos de Yugyeom alzando una ceja.

―Sí, es mi novio y llevamos un tiempo saliendo ― Jimin mintió y rezó que con eso se calmaran, pero fue todo lo contrario. Fue mucho peor, lo único que querían saber es como se habían conocido, quién había invitado a salir a quién y cómo alguien que se veía tan frío como Agust D era en una relación.

Jimin no tenía idea tampoco, pero luego de tartamudear un par de ideas, tomó más confianza e inventó una historia de cómo se habían conocido. Y a la gente le encantó.

Porque estaba saliendo con el MISMISÍMO Agust D.

Cada vez que contaba la historia a algún conocido en alguna clase, agregaba uno y que otro detalle, y cada vez que la contaba, sonaba un poco más confiado.

Y así fue como empezó a salir con Agus D frente a los ojos de toda la facultad.

[...]

Okey, Jimin...Okey.

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