0.03 »» Niña (I).

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Me hallaba caminando por el pasillo al cruce tres cerca del enorme salón de teatro, arrastrando los zapatos como si el piso fuese de gomaespuma (o de gelatina, posiblemente). Tenía la cabeza más metida entre el cuello que la vista fija en el suelo, o en cierto caso, en el entorno. Como el receso seguía en pie; muchos de los alumnos se encontraban transitando los largos pasillos de la academia. Y como yo era la guía particular de mi compañero de danza, no me quedaba más remedio que pasear con él a un lado, como si fuese su...

Bueno, no lo sé. Ya estaba cansada, agotada, y el que pareciese un nomo de jardín a su lado no me hacía ni una pizca de gracia.

Bufé, disimuladamente.

La palabra incomodidad se quedaría corta con lo que realmente sentía, en serio. Nunca me había gustado andar de ficha en el corredor (a pesar de que era bastante sociable y conocía a casi la mitad del instituto desde hacía un rato), y llevar semejante muchacho a un lado no hacía más que empeorarlo.

Las miradas enajenadas de las personas deberían ser consideradas ilegales en mis mundos frutales porque, ¿Cómo era posible que todos cuchicheasen sobre "el tour al chico nuevo y la japonesa mestiza"? ¡Qué les dieran a todos por el jodídisimo año! Eran unos jodidos chismosos. ¿Qué uno no podía simplemente defender su puñetera nota porque un hijo de frutilla maestro resentido arbusto de miércoles no agradaba de mí? Y sí. Iba a quejarme toda la vida por eso, porque netamente lo consideraba injusto. ¡Por los cielos!

Y es que por una parte no me extrañaba ni un ápice el que el maestro Kang quisiera hacerme esto. Es decir, desde que le estropeé sin querer una cita con la profesora de pintura y artes plásticas él me había agarrado un gran resentimiento que seriamente daba la impresión de ser duradero. ¿Pero qué iba a saber yo de que en el aula de pintura estaría el gran profesor tratando de cortejar a mi maestra favorita? ¿Umh? ¿Era acaso adivina? No. Porque a lo que mi madre me había explicado, ninguna de sus descendencias fueron hechiceros o brujos. Entonces, ¿a qué esperaba para dejar esa mala pasada? Era un resentido.

—Aquí son los vestidores de chicas y al otro lado del pasillo está el de los chicos—mencioné con el tedio ya remarcado en mis frases. La profesora de corte y costura se había ido de permiso urgente porque, según ella, a su auto lo estaban embarcando. Y cielos, en serio; en serio estaba siendo muy tolerante con esto como para no irme con cara de perro y dejar al más alto perdido entre los centros de ciencia. JungKook me miró de reojo y sólo murmuró un 'Hmh' diminuto, como un "entiendo", y transitó junto a mí hasta el otro recoveco. Sin mucho que añadir, al parecer—. Más adelante puedes ver los recursos y utilería para las obras de teatro—avancé resentida por el resto del trayecto y me hice un ovillo contra una butaca de aluminio, soltando un inmenso suspiro. Algo que, raramente, pareció no ser de molestia para el chico—. Deja que respire un poco, aún faltan dos pisos y apenas estamos en los primeros pasillos.

El muchacho hizo un gesto de despreocupación con una mano y se sentó moderado a mi lado, procurando que el espacio entre ambos fuese considerado.

—Creo que venir y darme este tour no estaba en tus planes, niña. ¿O me equivoco?—cuestionó con una ceja alzada y media sonrisa visible, como si de por sí este ya lo supiese. Aunque bueno, no era tan difícil de deducir—. Se nota que no te agrada.

Me desbaraté en el sillón haciendo unos berrinches demasiado patéticos y bastante infantiles, antes de decirle:

—¡Cielos, sí! ¡Yo sólo quería ir con mis amigas a mi clase de costura! ¡Quería comer galletas envueltas en almíbar de melocotón y disfrutar de la brisa del jodido día! ¡Pero no!—rodé los ojos—. ¡El estúpido profesor me tuvo que poner de niñera!—bufé fuerte y sonoro antes de echarme hacia atrás y sostener mi peso con ambas palmas, con las manos—. Lo más horrible es que: me quedé sin clase, sin amigas ¡y sin almíbar de melocotón! ¡Y el melocotón es necesario para que no muera sin azúcar! Dime, ¿Por qué rayos el mundo es tan cruel conmigo? ¿Qué he hecho mal para merecerme esto?

WHAT?! | Jeon JungKook.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora